Rota y hundida, así es como se quedó Isabel Pantoja cuando llamó hasta en cuatro ocasiones a Irene Rosales y esta no le cogió el teléfono. La tonadillera estaba angustiada por su hijo, que ingresó el pasado viernes en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla tras sufrir un ictus y no recibió el alta hospitalaria hasta el lunes.
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Durante la mañana del viernes, la incertidumbre en torno a la salud de Kiko Rivera era máxima y a Isabel no le llegaba información directa de su hijo. "Cuatro veces llamó a Irene y consigue que le coja el teléfono cuando Isa ya está en el hospital", ha explicado Antonio Rossi este jueves en El programa de Ana Rosa.
La tonadillera vivió una mañana realmente angustiosa e inquietante: "Pantoja ha pasado momentos críticos, pensando que a su hijo le podía pasar cualquier cosa y no estaba allí", ha señalado Marisa Martín-Blázquez.

A la quinta llamada, Irene le cogió el teléfono a su suegra. Pero para entonces, "Isabel estaba ya tranquilizada, había hablado con su sobrina Anabel que ya había hablado con Irene", ha añadido Rossi. Después, Isabel logró hablar por videollamada con su pequeño del alma.
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Tanto Isabel como su hija estaban desesperadas. La joven Isa sí se desplazó hasta el hospital el viernes para interesarse por la salud de su hermano y tan solo pudo preguntar en recepción por él, ya que las visitas a la unidad especial de ictus estaban restringidas a una sola persona, en su caso, Irene.
Cuando Kiko subió a planta el sábado, sí recibió las visitas de otros familiares como sus primos Anabel Pantoja o Manuel Cortés, el hijo de Raquel Bollo y Chiquetete. También pasaron por allí algunos amigos como Luis Rollán. La decisión de que Isabel e Isa ni asomaran por la habitación la tomó Kiko y únicamente Kiko, tal y como él explicó en Instagram.