Kiko Rivera, a sus 38 años, ingresó el pasado viernes en Hospital Universitario Virgen del Rocío de la capital hispalense tras sufrir un ictus y este lunes recibió finalmente el alta. Sin embargo, la recuperación es lenta y todavía tiene mucho camino por delante.
Tal y como ya mostramos, el pequeño del alma de Isabel Pantoja abandonó el centro hospitalario camuflándose el rostro con una mascarilla y la chaqueta de la sudadera. En El programa de Ana Rosa, este martes, han dado más detalles de su recuperación, explicando que el DJ sufre una parálisis facial que le dificulta comer y asearse, entre otras rutinas del día a día.
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Durante estos días, también se ha hablado bastante de la no visita de Isabel e Isa al hospital o a la casa para ver al DJ. Irene Rosales, desde las puertas del centro, ya explicó que la visita de ambas podría alterarle. Todo por las rencillas familiares que ambas partes arrastran en los últimos años. Tras todas las especulaciones surgidas, Kiko ha estallado en Instagram, aclarando que su esposa no es la responsable del distanciamiento familiar.
"Manda narices que tenga yo que estar dando explicaciones de quién entra o no entra en mi casa. Por favor, déjenme descansar y recuperarme. Todavía me funciona la cabeza para tomar decisiones. No inventen ni hagan daño después de una situación tan delicada como la que acabo de pasar", ha escrito.

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En este sentido, ha sentenciado: "Mi madre no va a venir y mi hermana muchísimo menos, así que déjenme recuperarme, os lo pido por favor". Parece que ni las enfermedades van a hacer calmar las aguas entre madre e hijo. Tampoco entre los hermanos. Suma y sigue...