Triunfador en el Real Madrid, en el amor con la modelo israelí Mishel Gerzig y también en los negocios. Thibaut Courtois, a sus 30 años y con dos hijos, ha expandido su visión empresarial y se ha atrevido con otros derroteros relacionados con el sector turístico.
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No es su primera incursión en el mundo de los negocios, al igual que ocurre con la mayoría de deportistas de élite que invierten sus millones pensando en un futuro que va más allá del deporte.
Hace alrededor de un mes, el portero merengue dio arranque a la sociedad Be The One Vip Sports Experience, gestionada por One TM Financial Investments SL, de la que Thibaut es administrador único. A través de agencias de viajes mayoritarias y minoritarias, el deportista belga ofrecerá experiencias exclusivas a sus clientes.

Tirando de contactos, a buen seguro pesca a algún que otro amigo futbolista del vestuario blanco. Su mano derecha en esta nueva aventura empresarial es Héctor Fernández, periodista y empresario que creó junto a Maud Griezmann (la hermana del futbolista del mismo apellido) la agencia By & For, dedicada a la representación y el asesoramiento de jugadores de primer nivel. Eso sí, ha dejado los poderes de la empresa en manos de Fernández.
El arquero celebra junto a su novia, la israelí Mishel Gerzig, cada uno de los pasos que da fuera y dentro de los terrenos de juego. Tras meses de rumores, el ex portero del Atlético de Madrid oficializó su relación con esta modelo de 25 años el pasado 11 de agosto al publicar una imagen junto a ella en Instagram.
Aunque son reservados con su vida privada, no esconden la pasión que sienten el uno por el otro en las redes sociales. "La pasada noche fue mágica", escribió Gerzig hace unos días tras acudir con su chico a la gala del Balón de Oro, en la que fue reconocido con el Trofeo Yashin a mejor portero del año. Con el Real Madrid, la temporada pasada ganó La Liga, la Supercopa de España, la Champions League y la Supercopa de Europa.

La madre de sus dos hijos es la española Marta Domínguez, con quien rompió en 2017, cuando era jugador del Chelsea. Juntos tuvieron a los pequeños Adriana y Nicolás, las grandes alegrías en la vida del guardameta blanco, una de las grandes estrellas del Real Madrid de Carlo Ancelotti y Florentino Pérez.