Íñigo Onieva se echó a la opinión popular en contra tras el vídeo en el que aparecía dándose un morreo con otra mujer en Florida y su compromiso con la marquesa de Griñón saltó por los aires. No obstante, el ex de Tamara Falcó se ha visto respaldado por los que aseguran que un error lo tiene cualquiera y que este no es un motivo para sentenciar y machacar públicamente a nadie. Detrás de él, tal y como adelantó Informalia, se encuentra una gran profesional que trabaja para limpiar y salvaguardar su imagen pública. Se trata de la que fuera jefa de gabinete de Cristina Cifuentes.

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Entre algunos rostros mediáticos que le han mostrado su apoyo, algunas comunicadoras tan potentes como Susanna Griso, que desde Espejo Público ha pedido en varias ocasiones compasión por él: "Más allá de que fuese un pico o algo más... Que fuese esta infidelidad u otras... Creo que es un tema de pareja... Y ya está... No lo tenemos que convertir en el villano nacional porque no ha matado a nadie", señaló la presentadora.

El empresario de la noche, por su parte, ha pedido perdón en reiteradas ocasiones y ha mostrado arrepentimiento. La última el pasado domingo 9 de octubre, cuando salió de su encierro en la casa familiar para dar una mini rueda de prensa en la puerta de uno de los locales en los que trabaja. Allí fueron convocados varios medios y programas de televisión. El diseñador de coches madrileño siguió entonces, tal y como adelantó Informalia, los sabios consejos de una profesional experta en salvar a personajes muy conocidos en complicadas situaciones mediáticas. 

Se trata de Marisa González, ex directora de comunicación de políticos tan relevantes como Cristina Cifuentes o Alberto Ruiz-Gallardón, que también ha sido estratega de comunicación de otras figuras públicas como Luis Rubiales, el presidente de la Real Federación Española de Fútbol.

Marisa González fue elegida por la madre de Íñigo, Carolina Molas. Las dos mantienen una estrecha relación de amistad desde hace años. La empresaria tiene confianza ciega en ella y es consciente de que puede contribuir a limpiar la imagen de su hijo. Hay que recordar que Íñigo pertenece a una familia acomodada con grandes contactos en el mundo empresarial y de la comunicación. Su madre vive en La Moraleja, elitista urbanización de Madrid, y su hermana, Alejandra, es conocida por participar en series como El secreto de Puente Viejo. 

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La asesora se encargó de llamar a los principales medios y programas del corazón para lanzar a la opinión pública un mensaje positivo de Onieva. Pero sobre todo lo ha hecho con periodistas amigos suyos. Emma García, Isabel Rábago, Pilar Vidal, Saúl Ortiz o Sonia Ferrer fueron algunos de los que compraron el inteligente y sencillo mensaje: ¿Un pico en un festival? ¿Es que es la única persona que ha cometido una infidelidad? ¿No ha pedido perdón varias veces?

Fuentes cercanas a la familia nos aseguraron el pasado 10 de octubre que Íñigo Onieva ha rechazado "desorbitadas cantidades de dinero" por conceder una exclusiva dando su versión de lo sucedido y que hasta sus hermanos y su madre han sido tentados. Ni Íñigo ni ninguno de los miembros de su familia se plantearon jamás entrar en ese juego. De lo contrario, la asesora que les ayuda no se hubiera prestado a hacerlo.

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