Huyendo de la polémica originada por sus cacareadas infidelidades y posterior ruptura con Tamara Falcó, el vilipendiado Íñigo Onieva se refugia en Estambul para vivir su particular pasión turca, suponemos que sin nuevo ligue de por medio, mientras la marquesa de Griñón se refugia en la fe y en los oficios religiosos, amparada en su director espiritual.

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A Íñigo le pillaron en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid cogiendo un vuelo para Turquía. En el momento de presentar la tarjeta de embarque se encontraba solo, pero todo indica que ha viajado tan lejos en compañía de algunos amigos y familiares. Es evidente que no quiere estar solo. Onieva no pudo aguantar tanta presión mediática y, arropado por los suyos, decidió poner tierra de por medio para poner en orden sus ideas y curar su mal de amores.

El último rumor apunta a que la situación podría dar un vuelco total, si es cierto que Tamara se está replanteando la posibilidad de dar una segunda oportunidad a su ahora ex novio. Parece una quimera pero la aristócrata sigue, nos dice una de sus amigas, "muy enamorada de Iñigo, dolida pero enamorada". Y las palabras de arrepentimiento de ese hombre le han impactado mucho, nos aseguran.

Eso sí, el hermano de Tamara, Julio José Iglesias, ya ha dejado claro algo que sienten otros miembros de su familia. Lo dijo al manifestar rotundamente que Iñigo no le convenía lo más mínimo a su hermana. Pero el amor es ciego y a veces no deja ver los peligros.

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