Su ruptura con Tamara Falcó ha supuesto un verdadero tsunami en su vida y no solo para él sino para su familia. Por eso Iñigo Onieva, tras un largo periodo de reflexión escondido en la casa familiar, ha decidido dar la cara. Lo hizo este domingo y la operación estaba diseñada hasta los más mínimos detalles: el decorado, los actores, la escenografía y por supuesto el guion se habían preparado y ensayado concienzudamente, siguiendo los sabios consejos de una profesional experta en salvar a personajes muy conocidos en complicadas situaciones mediáticas.
Se eligió el día, la hora y el sitio: curiosamente, la mini rueda de prensa tuvo lugar en la puerta de uno de los locales en los que trabaja Onieva. Allí fueron convocados varios medios y programas de televisión. Se decidió escenificar el apoyo de la familia Onieva-Molas. Por eso, el ex novio de Tamara Falcó compareció acompañado de su madre y sus hermanos. Hasta su abuela. Carolina Molas fue la persona que, cuando estalló el escándalo, buscó entre sus amistades a una extraordinaria profesional de la comunicación que conoce a Íñigo desde siempre y que desinteresadamente, sin contrato ni dinero de por medio, aceptó el reto de reorganizar el caos mediático que se cernía sobre los Onieva y trazar las líneas a seguir para cambiar la imagen de villano nacional por la de un joven que, habiéndose equivocado y admitiendo errores, "no ha matado a nadie". Ha pedido perdón en reiteradas ocasiones y ha mostrado arrepentimiento. Esa persona contactó con periodistas para esparcir este mantra y cambiar la carga de la culpa.
La excelente gestión llevada a cabo se inició con determinados periodistas amigos que le han defendido en los diferentes platós de televisión y otros medios y que han contribuido a revertir la mala imagen que se ha granjeado Onieva tras engañar públicamente a su prometida y mentir ante los periodistas.
La persona elegida por Carolina Molas se ha encargado de llamar a muchos de los principales medios y programas del corazón para lanzar a la opinión pública un mensaje positivo de Iñigo Onieva. Pero sobre todo lo ha hecho con periodistas amigos suyos. Emma García, Isabel Rábago, Pilar Vidal, Saúl Ortiz, Sonia Ferrer o Susanna Griso fueron algunos de los que compraron el inteligente y sencillo mensaje: ¿un pico en un festival? ¿Es que es la única persona que ha cometido una infidelidad? ¿No ha pedido perdón varias veces?
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Este tipo de preguntas y las correspondientes respuestas ayudaron, aunque Tamara Falcó y sus dardos exagerados tras ser víctima del engaño también contribuyeron a dar la vuelta a la tortilla. No digamos ya las muy polémicas declaraciones desde el congreso ultracatólico de México al que la hija de Isabel Preysler se prestó a asistir, dando a entender cosas que molestaron al público LGTBI+ y que llevaron incluso a amigos de la marquesa como Boris Izaguirre a tirarle de las orejas. La víctima de la infidelidad pasó a perder el favor de algunos medios en favor del verdugo. Tamara, que al principio del escándalo aseguró que no iba a hablar mal de Íñigo, faltó a su palabra y acabó llamándole hasta desviado, tal y como llegó a decir en redes.
Gracias a la potencia mediática de comunicadores como Susanna Griso, el patético papelón de Onieva en un principio se convirtió en ese "que no ha matado a nadie", "que solo le han pillado dándose un beso con otra chica". Y tienen razón. Porque para una buena experta en comunicación no hay mejor herramienta que la verdad. Solo se trata de ponderarla en su lado bueno y reducir el negativo. Esta persona está acostumbrada desde hace décadas a llevar la comunicación de personajes políticos de primer nivel, a veces enredados en follones de gran calado mediático.
Ha trabajado para grandísimas empresas e instituciones públicas, importantes entidades e importantes organismos. Para ella, esto de Iñigo Onieva es importante por amistad, pero es 'pecata minuta', un juego de niños si se compara con los terremotos mediáticos y en ocasiones con complicaciones políticas y legales penales.
Esto era la primera fase de la estrategia que se ha planteado para salvar la imagen y reputación del ex de Tamara Falcó. Era imprescindible eso antes de que él hablara. La segunda fase era que saliera y se plantara ante medios seleccionados, con los que pactar grabar la declaración. Como así ha sido. Tras almorzar en uno de los restaurantes de la empresa en la que trabaja, Íñigo salió, se puso delante de las cámaras, con su familia detrás de él y lanzó el discurso que tenía preparado sin responder preguntas. Una vez terminado se dio media vuelta y se marchó de nuevo al restaurante. Si bien no pudo dominar los nervios al cien por cien y se le notó, ejecutó bien el cometido que se le había encomendado y transmitió el mensaje. Apareció compungido y cumplió con los tres puntos clave: se refirió a su familia, para la que pidió respeto, porque quiere proteger de todo esto a los suyos. Se refirió a su trabajo, al que va a seguir vinculado y al que ha dado publicidad al aparecer ante uno de sus locales. Y por supuesto a Tamara, a la que volvió a implorar perdón a pesar de las barbaridades que ella ha llegado a decir de él.
Fuentes cercanas a la familia nos aseguran que Íñigo Onieva ha rechazado "desorbitadas cantidades de dinero" por conceder una exclusiva dando su versión de lo sucedido y que hasta sus hermanos y su madre han sido tentados. Ni íñigo ni ninguno de los miembros de su familia se plantearon jamás entrar en ese juego. De lo contrario, la asesora que les ayuda no se hubiera prestado a hacerlo.