Ya no hay vuelta atrás. La profunda crisis que atravesaban el deportista de la NFL y la modelo y que llevó a esta última a abandonar la casa conyugal se ha tornado en ruptura. Dos meses después de su separación, Tom Brady y Gisele Bündchen han contratado a reconocidos abogados matrimonialistas para poner en marcha su divorcio tras 14 años de matrimonio y dos hijos en común.
La decisión ha sorprendido a su círculo cercano, pues las peleas entre ellos eran habituales: "No creíamos que esta sería la definitiva, pensamos que lo arreglarían", ha dicho un amigo a Page Six. Hace dos meses, Brady y Bündchen tuvieron un tremendo enfrentamiento cuando él decidió continuar con su carrera deportiva tras haberle prometido a ella dejarla para centrarse en la familia. La crisis no era ningún secreto y ellos mismos habían hablado de ella: "Él se enfoca en su carrera, la mía está principalmente en los niños. Las relaciones no son el cuento de hadas que la gente quiere creer". Así lo contaba él: "A veces siento que no estoy haciendo mi parte con mi familia. Mi mujer creyó que yo jugaría al fútbol toda la temporada y ella tendría que quedarse en casa. No estaba satisfecha con nuestro matrimonio. Para mí funcionaba, pero no para ella", dijo hace un par de años.

La modelo y el jugador de los Buccaners se conocieron en 2006 en una cita a ciegas y contrajeron matrimonio dos años después en una ceremonia íntima y casi secreta en la mansión que compraron en Costa Rica, donde ella se instaló hace dos meses, tras abandonar el hogar conyugal en Tampa (Florida). Tienen dos hijos en común, Benjamin y Vivian, más uno que Brady tuvo de una relación anterior. Nombrado Mejor Jugador de la NFL en varias ocasiones, ha ganado tres SuperBowls y su caché asciende a los 20 millones de dólares por temporada. Anunció su retirada en 2020, pero cambió de decisión y regresó. Así hasta tres veces. El entorno de la pareja afirmó que la paciencia de Bundchen estaba al límite: "Ella aceptó trabajos porque él prometió estar con los niños y no lo ha cumplido".

Todo apunta a que solicitarán el divorcio en Florida, donde residían, y se enfrentan a un tedioso proceso pues son dueños de una gran fortuna y tendrán que decidir cómo la reparten: solo sus propiedades comunes alcanzan un valor de 30 millones de euros, entre ellas un condominio en Tribeca y un rancho en Yellowstone. Brady, el noveno atleta mejor pagado del mundo, según Forbes, cuenta con un patrimonio neto de 250 millones de euros, mientras que Gisele, una de las modelos más valoradas de las últimas dos décadas, posee unos 400 millones de euros.