La marquesa de Griñón ha sido muy clara: "es imposible que vuelva con Íñigo". Y, aunque Onieva se muestre "muy arrepentido" ante su entorno, Tamara ya habría empezado a recoger todas sus cosas del piso que compartía con su exprometido en Madrid.

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Este sábado, los reporteros captaban las imágenes de un camión de mudanzas entrando a la casa de Isabel Preysler, donde su hija se ha refugiado tras la filtración del vídeo en el que Íñigo le es infiel con otra mujer apenas unos días antes de pedirle matrimonio.

Europa Press

Poco se sabe del diseñador de coches, que ha desaparecido desde que Tamara abandonase la casa en la que vivía con él. Lo que nos cuenta una fuente de su entorno es que busca desesperadamente al amigo que le traicionó y sería el culpable de la filtración de las polémicas imágenes.

"Iñigo tiene en el punto de mira a dos personas que estuvieron con él en ese espectáculo", nos aseguran. Era consciente de que le estaban grabando cuando flirteaba con esa chica, nos dicen, pero "ni se le pasó por la cabeza que fueran a traicionarle".

La situación no solo le ha costado a Onieva una prometida sino también su trabajo, pues según ha desvelado este viernes Joaquín Prat en El Programa de Ana Rosa, los dueños del restaurante madrileño que lo empleó como relaciones públicas han decidido prescindir de sus servicios dadas las circunstancias.

Un panorama distinto para la marquesa de Griñón que, tras arrasar en audiencias en El Hormiguero con su primera reaparición en un plató de televisión después de la sonada ruptura, este viernes puso rumbo a México para participar en el Congreso Mundial de las Familias, un evento ultracatólico al que acude como ponente. Tamara, ferviente mujer religiosa, dijo que estaba asimilando lo ocurrido con la ayuda de Dios: "Confío en Dios y todo pasa por algo".

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