Después de dos años de lucha sin cuartel contra Isabel Pantoja por la herencia de Paquirri, Kiko Rivera ha anunciado este miércoles su intención de renunciar al legado de su padre (la finca Cantora) si su madre le libera de las cargas económicas que tiene en este momento, ya que consta como avalista de una hipoteca de 1,3 millones de euros sobre la finca y no quiere dejar ese "pufo" a sus hijos.
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La reacción de su hermano Fran, con el que no mantiene relación desde hace más de un año, no se ha hecho esperar. El torero, que acudió a la gala benéfica organizada por la Fundación Isabel Gemio, no quiso hacer declaraciones al respecto pero sus gestos hablaron solos: sorpresa y resignación al ser preguntado por el tema, al encoger los hombros y bajar la mirada al suelo. El torero anunció el pasado mes de mayo que "cortaba" definitivamente la relación con Kiko Rivera y que no quería volver a saber nada más de él: "Todos tenemos un límite de oportunidades y el mío ya se ha sobrepasado", declaró entonces. "Cuando no existe ese vínculo por mucho que quieras no se puede forzar".