Refugiada en Villa Meona, donde está siendo arropada por su madre y su hermana, la marquesa de Griñón ha dado un paso al frente. Horas después de cancelar un compromiso profesional agendado para este martes ("No tiene fuerzas", decía su entorno), Tamara Falcó ha reculado y anuncia en redes sociales que sí pasará por el photocall del Teatro Real: "Nos vemos mañana".

A pesar de las circunstancias, la hija de Isabel Preysler ha querido continuar con su agenda y cumplir su responsabilidad como embajadora de Kronoshomes, la inmobiliaria que se ha encargado de la construcción de su piso en el centro de Madrid. Llegó a un acuerdo con ellos para reducir costes a cambio de poner cara a la firma, y aunque el drama sentimental que atraviesa la marquesa de Griñón ha estado a punto de dar al traste con sus planes, ella hará de tripas corazón e intentará posar con su mejor sonrisa. 

Fuentes cercanas a Informalia aseguran que la hermana de Enrique y Julio José Iglesias está muy afectada. Refugiada en Villa Meona en compañía de su madre, Isabel Preysler, se siente humillada y traicionada. No quiere hablar con Íñigo, que trata de ponerse en contacto con ella mediante mensajes y llamadas, y habría sido la propia Preysler la que habría pedido al empresario que desista y deje tranquila a su hija.

Y es que las imágenes del empresario besando a una modelo brasileña en un festival musical hace apenas tres semanas no son las únicas. Afirman que, en las últimas horas, Tamara habría recibido más información y material gráfico que demostraría que Onieva le habría sido infiel en varias ocasiones, como el pasado mes de abril. "Regresaron del viaje por las Islas Filipinas enfadados, tanto que ella se fue a casa de su madre y él se quedó en la casa que compartían, a la que llevó a una chica que conoció en la discoteca", han afirmado en Sálvame. "El entorno de Tamara sabía de las infidelidades de Íñigo, pero no le decían nada por no hacerla sufrir, porque estaba profundamente enamorada".

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