La cara de Tamara Falcó era un poema mientras escuchaba a su novio, Iñigo Onieva, desmentir rotundamente que haya sido infiel a la hija de Isabel Preysler. El joven empresario intentó ocultar su presunta infidelidad asegurando que las imágenes del pasional beso con otra mujer hace unas semanas en un festival estadounidense son del año 2019. Pero una fuente cercana a Íñigo tira por tierra sus argumentos y corrobora que la presunta infidelidad se produjo este verano.

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Tamara, o se hace la tonta o es una consentidora, porque cambiar la fama de ligón de su prometido a estas alturas de la vida parece harto difícil. Es más, se rumorea que podrían existir nuevas imágenes que demostrarían que aquello no se quedó en un simple beso. Y que saldrán a la luz en los próximos días.

Dicen que la marquesa de Griñón no quiere ver lo que para otros es evidente, que personas que la quieren bien le han recomendado que tenga mucho cuidado con quien ella ve como su futuro esposo.

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De momento, la fecha de su boda sigue fijada para el 17 de junio del 2023, y decimos de momento porque otro rumor apunta a que Isabel Preysler se siente muy disgustada tras ver las imágenes de quien sería su yerno besando a otra. Sabe que a su hija le han hecho mucho daño. Y las dos han tenido una conversación al respecto. Aunque Tamara hace de tripas corazón, la procesión va por dentro.

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