Rocío Carrasco ejerce el peor de los maltratos mediáticos que puede concebirse: tira la piedra pero esconde la mano. Insinúa lo peor pero no lo dice. Define la relación de José Ortega Cano con su madre como "muy tóxica" y dice que durante el matrimonio Rocío Jurado "sufrió mucho" porque el torero "no supo valorar a la mujer que tenía" y porque no siempre se comportó "correctamente".
¿Qué hizo? No lo dice, no concreta. ¿Se hurgaba la nariz? ¿No reciclaba la basura? ¿Era infiel? No lo cuenta y asegura con falsa condescendencia que no voy "a entrar ahí" porque, "a las alturas en las que estamos, es innecesario". La verdad es que se acobarda porque a lo mejor le caería una querella por calumnias. Y aun así, sin concretar, es más que posible que Ortega consulte si ha lugar alguna actuación legal contra la primogénita de la que fue su mujer, reconvertida en estrella televisiva para ejercer de azote contra casi todo lo que se mueve, por entregas, y cobrando.
Sobre todo, Rocío Carrasco desveló en el capítulo de su docudrama en fascículos, que ahora se emite en abierto, una supuesta doble vida del diestro cartaginés que, según la protagonista del culebrón, hizo que Rocío Jurado quisiera separarse de él.
Tras arremeter contra su ex marido, la mayor parte de su familia y contra Raquel Mosquera, la hija de La Más Grande maltrata mediáticamente ahora al torero: "Mi madre no se merecía las situaciones que se generaban y hubiese merecido vivir de otra manera, haber sido feliz y haber vivido sus últimos años felices", dijo para abrir fuego. Sin embargo, Rocío Carrasco se acobardó a la hora de concretar las insinuaciones contra el padre de Gloria Camila y repitió que a su madre "le parecía una tomadura de pelo que ella se fuera a trabajar y él tuviera una serie de actitudes en España que ella no considera correctas". Sin llegar a entrar a matar, Rociito explicó que Rocío Jurado tenía información "muy comprometida" sobre Ortega Cano pero que nunca permitió que viera la luz: "Mi madre compró fotos de Ortega Cano para protegerle. No te voy a decir qué, cómo ni por qué". En su crueldad por levantar la liebre de la insinuación no se apoyó en una sola prueba: "Es algo que ella me cuenta a mí. No voy a entrar ahí porque, a las alturas en las que estamos, es innecesario", explicó.