El último fichaje de Sálvame no le tiene miedo al dueño del cortijo. El sorpresivo ataque de Jorge Javier Vázquez en las redes sociales a José Antonio Avilés, censurando su presencia como en el programa vespertino de Telecinco, presagia un enfrentamiento cuando Jorge regrese a la cadena tras sus vacaciones.
Pero, lejos de amedrentarse, Avilés ha comentado a sus íntimos que si hay que plantar cara a Vázquez, lo hará sin achantarse. Su carácter impulsivo y chillón le juega a veces malas pasadas, pero es evidente que defiende sus posturas a rajatabla y que no es fácil dejarle sin palabras. Y en ese plató prefieren los tipos conflictivos a los mudos.

De todas formas, desde que José Antonio apareció por primera vez en Sálvame fue fácil de adivinar que no era bienvenido por algunos de sus nuevos compañeros. María Patiño no le puede ni ver, y aunque algunos intentan aparentar que les da igual la presencia del problemático aprendiz de periodista (a muchos les gustaría que enseñara las pruebas de que está matriculado en una facultad de Periodismo), la realidad es muy distinta.
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Un miembro del equipo del programa revela a Informalia las razones por las que despierta tanta antipatía: "Ese chico miente demasiado y te puede poner un compromiso gordo en cualquier momento. Se lanza al vacío sin red y sin calibrar las consecuencias. Hay que tener mucho cuidado con él". Sin embargo, ese juego de enfrentamientos es la chispa que vertebra el programa, que da la tensión y genera audiencia. En Sálvame, la paz y las buenas formas no venden. Sin violencia no hay paraíso.