Llevaban un año juntos e incluso él le había pedido matrimonio, pero de la noche a la mañana la magia desapareció y el juez Pedraz decidió huir y dejar a Esther Doña con el anillo de compromiso en la mano y sin dar una explicación.
Solo le envió un WhatsApp dando por zanjada su relación, con la portada de Hola hecha y sin una explicación clara, ni una llamada, según ha contado a la publicación la viuda del marqués de Griñón. "Me envío un mensaje pero no me lo tomé en serio. Pensé que era una discusión más", dice. Él ha sido más rotundo al asegurar que "Esther no era la mujer que esperaba" y que "hay líneas rojas que no se pueden traspasar". Esther las pasó todas "y por eso me planté y rompí. No pienso volver con ella ni hablar con ella. Rompí la relación el 12 de agosto y desde entonces nada. Absoluta distancia", sentenció el magistrado.
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Pero no se ha explicado qué ha pasado entre ellos. ¿Por qué esta ruptura tan rotunda? Según ha podido saber Informalia, Esther y el juez tuvieron una discusión en Ibiza, donde habían decidido pasar parte de sus vacaciones de verano. Pero no fue una discusión cualquiera. Se dijeron muchas cosas y se reprocharon otras tantas. Lo peor es que la riña subió de tono y Esther utilizó expresiones e insinuaciones que no gustaron nada al juez. Pedraz, tras meditarlo, decidió entonces poner tierra de por medio. "No está dispuesto a tener ningún lío". No le gustó nada lo que se dijo ni el tono en el que se lo dijo. En ese momento vio a esa otra persona a la que se ha referido al decir que no era la Esther que conocía y pensó que le podía buscar la ruina personal y profesional. "De ahí que dijera que ella había pasado todos los límites. En ese momento tuvo claro que no le convenía y que, a pesar de estar enamorado de ella, tenía que romper para siempre y alejarse de ella", indica a Informalia una persona cercana al juez.
Hay que recordar que no es la primera vez que Esther vive una discusión importante con una de sus parejas. Con el marqués de Griñón tuvo una muy sonada por la que él acabó el comisaria. Todo sucedió en el hotel Eurobuilding de Madrid, el 24 de febrero de 2019. Allí estaba hospedado el matrimonio. Carlos regresaba de Sevilla, de la presentación de unos vinos, y Esther le esperó en el hotel. Era tarde y decidieron cenar en un restaurante del establecimiento. Allí Doña empezó una discusión que decidieron terminar en la habitación. Según los testigos, los gritos eran tales que decidieron llamar a la policía, que se presentó en el hotel.
¿El resultado? Carlos Falcó pasó la noche en comisaría con una denuncia de violencia de género interpuesta de oficio y que no prosperó, ya que su esposa no interpuso demanda alguna. "Es la única vez que hemos tenido una discusión tan fuerte", explicó por aquel entonces el marqués. "Hemos superado una crisis y este episodio nos debe ayudar a que no nos vuelva a ocurrir algo así", añadió. También se dijo que no fue así realmente y que él asumió las acusaciones de su mujer por no hacer mayor el escándalo. Ella se había enfrentado a otra acusación por denuncia falsa en el pasado.
Después de aquello decidieron recluirse en El Rincón, ahora propiedad de Tamara Falcó y su hermano Manuel, para solucionar sus problemas matrimoniales. Desgraciadamente la felicidad les duró poco, ya que el coronavirus se llevó al marqués el 20 de marzo de 2020.
Unos meses después, Informalia descubrió su romance sorprendiendo a ambos juntos y más que cómplices, en un karaoke de Madrid. Después, ella anunciaba su relación con el juez Pedraz, al que curiosamente había conocido a través de su marido.
Ahora parece que su historia ha acabado y hasta se ha publicado que ella podría haber empezado otra. Según Abc, se ha podido ver a Esther estos días tras la ruptura con Pedraz en Ibiza. Decían que con unas amigas, sin embargo, ahora apuntan a que podría haber estado navegando hacia el consuelo en el yate de un empresario industrial que responde al nombre de Bruno R.