La sobrina de Isabel Pantoja ha vuelto a hacer las maletas, pero esta vez para viajar a Sevilla y visitar a su padre, Bernardo Pantoja, que lleva ingresado unos días por una infección. Con gafas de sol y mascarilla, Anabel ha intentado evitar por activa y por pasiva a los compañeros de prensa que la esperaban en el aeropuerto.

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Lo cierto es que no están siendo los mejores días para la prima de Kiko Rivera después de que desde Sálvame insinuaran que la sobrinísima no se está comportando como es debido con su padre. 

Unas insinuaciones por las que estalló en pleno directo el pasado jueves: "No está solo, pero vende mucho decir que la hija está en un yate. Y una mierda, estoy harta. Estoy cansada de los valores que me tenéis que dar todas las tardes. Tengo mi vida y decido qué hacer, y si me equivoco, me equivoco yo".

No obstante, para dejar constancia de que sí se preocupa por su padre, Anabel ha compartido con sus seguidores de Instagram una foto desde el hospital en la que se ve que llave puesta una bata desechable y unos guantes.

Un nuevo frente: Cantora

Este viernes, trascendió que ni a Isabel Pantoja ni al tito Agustín les gusta el cambio de actitud de su sobrina, que ya poco se parece a aquella muchacha tímida y algo acomplejada que se ruborizaba ante una cámara cuando peinaba a su tía en los camerinos. Anabel ya es un personaje propio que ha eclipsado al resto y eso no es del agrado de la tonadillera y su hermano. Consideran que la exposición mediática de Anabel perjudica a toda la familia, pues también los expone a ellos, y no están dispuestos a consentirlo.

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