Tras pasar cuatro meses en Honduras alejada de su familia y de sus dos perros, Lara Álvarez no estaba dispuesta a volver a poner tierra de por medio. Por eso, cuando le ofrecieron presentar Pesadilla en el paraíso, su primera exigencia fue clara: una casa con jardín y piscina, muy similar a la que ella disfruta en Madrid, para poder mudarse con los suyos el tiempo que dure la emisión del reality.
Y es que Lara es una gran aventurera a la que no le importa viajar pero lleva fatal separarse de los suyos. Tras la muerte de su perro Choco el pasado mes de marzo, la asturiana está completamente volcada en Lúa y Noah, dos perritas a las que adora y con las que protagonizó un emotivo reencuentro a su regreso a España a finales de julio. Precisamente ellas le acompañarán a Jimena de la Frontera, Cádiz, la localidad en la que se encuentra la granja donde Pipi Estrada, Omar Sánchez, Gloria Camila y otros convivirán durante semanas ordeñando vacas y recogiendo huevos.
La casa que ha pedido Lara, según El Español, tiene características similares a las de la suya propia: un chalé de 300 metros cuadrados con piscina y un gran jardín donde Lúa y Noah puedan correr y jugar tranquilas. Quizás no necesite en Cádiz los cinco dormitorios o los cuatro baños de los que sí disfruta en Madrid. la adquirió en 2018 por 600.000 euros.
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