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Marbellafrenia o la locura de la boda de Lolita, 39 años después del 'Si me queréis, irse'

Alex de la Iglesia y Jorge Guerricaechevarria, el guionista que le aporta destellos de genialidad, parieron la pasada temporada ese slasher titulado Veneciafrenia, película que no les salió redonda pero que tiene regusto de humor negro y en parte cumple con las reglas de ese subgénero del terror: un asesino quiere matar salvajemente a la pandilla de protagonistas que solo querían unos días de diversión para fornicar y emborracharse.

De la Iglesia no es Sam Raimi pero ha demostrado con creces su altura con Acción mutante, El Día de la Bestia o Las brujas de Zuagarramurdi. Álex arriesga y a veces gana. En Veneciafrenia, mezcla la barroca hermosura del carnaval con su grotesca mirada para condimentar una trama sobre el infierno al que se ven arrastradas Ingrid García-Jonsson, Silvia Alonso y sus amigos.

Spoiler

Una de las escenas gore que se puede contemplar llega cuando el asesino, disfrazado en pleno Carnaval, acuchilla sin piedad a una china en un puente veneciano rodeado de turistas. Todos son testigos cercanos de la barbarie pero ríen y aplauden porque interpretan que es una broma, que lo que ven son actores haciendo teatro de calle en una performance mientras en realidad las víctimas mueren chorreando sangre a borbotones con la yugular seccionada.

"Maldigo la hora en que elegí este pueblo"

Perdón por el salto pero al ver semejante momento en Amazon Prime Video, donde está disponible la película, mi mente enferma me lleva a la Marbella de 1983, hace justo este jueves 39 años, cuando Lola Flores, desesperada ante el desastre en que se había convertido la boda de su hija y para evitar la tragedia gritaba angustiada: "Maldigo la hora en que elegí este pueblo para celebrar este enlace". 

La gente pensó que el discurso, en realidad un grito de socorro ante lo que podía haber sido una tragedia por el tumulto, era parte del espectáculo, y aplaudían las palabras de La Faraona. Lejos de irse, aquellos asistentes subieron el tono y podría haber ocurrido un aplastamiento u otras desgracias, mientras todos creían que se trataba de un número montado por los Flores para animar el cotarro. Es posible que si alguno de los famosos se hubiera desmayado en el suelo por un ataque de ansiedad la gente hubiera seguido ovacionándole tendido en el suelo al creer que era una genial ocurrencia.

"¡Si me queréis, irse!", gritó al gentío Lola Flores aquel 25 de agosto de hace casi cuatro décadas años desde el altar de la iglesia de la Encarnación de Marbella. Las meteduras de pata habían comenzado días antes: en una alocución pública difundida por los medios, la novia, Lolita, había invitado a "todo el mundo" a su enlace. "Está invitado todo el que quiera venir", dijo. Estaba previsto que Lolita diera el "sí, quiero" al argentino Guillermo Furiase en el altar de la iglesia. Pero no fue posible.

El Cordobés, más que eufórico

La contrayente llegó del brazo de su padrino, Manuel Benítez El Cordobés y escoltada por siete policías que resultaron pocos para la que se armó. Berlanga podría haber convertido este suceso en una de sus maravillas pero nos queda la esperanza de que Álex de la Iglesia lea esto y se anime. No obstante, no hace falta esperar a que el director de 30 monedas se lance para que veamos recreado el altercado porque el evento ya ocupó un capítulo de Cuéntame Cómo Pasó.

En diciembre de 2015, la serie protagonizada por Imanol Arias y Ana Duato recordó el que sin duda fue uno de los momentos que ha pasado a la historia de la televisión en España, la boda de Lolita Flores, puesto que fue difundido por la única cadena nacional que había entonces. En la ficción, Tony, el hijo mayor de los Alcántara, cubrió como periodista esta boda que todos conocemos.

Y es que verdaderamente aquello fue de película. Y con actores muy conocidos. El templo tenía capacidad para 1.200 personas pero se congregaron no menos de 5.000 curiosos, turistas y viandantes, en pleno agosto. Personas en bañador y con zapatillas de deporte, gente apelotonada y subida en los bancos que impedía cualquier entrada o salida de la iglesia.

Lolita llegó al altar entre empujones y esfuerzos y el futuro padre de Elena Furiase (que nació cinco años después de aquello) lo hizo como pudo, entre zarandeos y gritos, con casi 40 grados de temperatura ambiente en el exterior del templo.

El Cordobés, siempre genial, decidió distraer al gentío con unos de sus famosos saltos de la rana, lo cual enfervorizó aún más al público y sembró el caos absoluto porque los asistentes se aproximaban al paroxismo de la mitomanía. Testigos presenciales citados entonces por Abc, coinciden en que el torero de Palma del Río iba "en un estado de euforia, con los cabellos alborotados, el rostro bañado en sudor y la mirada ligeramente desviada".

Por allí andaban también "bastante animadas" Massiel o Carmina Ordóñez, y por supuesto Rosario y Antonio Flores (desnudo de cintura para arriba), los hermanos de Lolita, entre decenas de famosos de la época. 

Bajar los pantalones a un policía

Si les parece poco cinematográfico, por berlanguiano, cabe recordar que alguien consiguió bajarle los pantalones a uno de los agentes de policía. En ese ambiente, Lola Flores no pudo más e intervino a voces y muy enfadada. "Mi hija no se puede casar. Así que si me queréis a mi, marcharse. Si me queréis algo, irse", una frase que tiene su propia entrada en Wikipedia. "Hay que sacar a la gente, o no se casa", sentenció. "Esto es una vergüenza, es una vergüenza", gritaba mientras tanto el novio. Y la gente, se reía, aplaudían lo que creían un número grotesco montado por La Faraona y su familia.

Dado que la gente no se movía y que incluso, como hemos dicho, tomó la intervención de la Faraona como parte del espectáculo y la aplaudían, el cura tuvo que llevarse a los novios a su despacho con los padres y los padrinos. Lolita Flores y Guillermo Furiase se casaron como pudieron y abandonaron la iglesia por una puerta lateral, la primogénita de La faraona y el Pescaílla iba llorando a lagrima viva vestida de novia.

Para el banquete se habían reservado 500 cubiertos en el restaurante libanés Montazah Al Salamiah pero allí cenaron aquella noche el triple de comensales. Al final, la madre de la novia y Lolita bailaron unas sevillanas. ¿Quién no se hubiera apuntado a algo así?

Con todo, Lolita y Furiase estuvieron casados 12 años, hasta que se separaron en 1995. Tienen dos hijos, Elena y Guillermo Jr. La cantante y actriz ganadora de un Goya rehízo su vida con el actor cubano Pablo Durán, con el que empezó una relación diez años después de separarse, en 2005. El 14 de mayo de 2010 Lolita y Pablo se casaron. Tampoco tuvo suerte la artista, que en enero de 2015 se volvió a separar. Hoy está mejor que nunca y es feliz abuela de dos nietos que son bisnietos de Lola Flores. ¡Ahí es nada!

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