Richard Gere no conocía Marbella hasta este sábado, cuando aterrizó en el aeropuerto de Málaga con su esposa española, Alejandra Silva, y sus dos hijos. El actor, que cumple 73 años el próximo 31 de agosto, y su familia tenían cita con la Gala Starlite, en la que Alejandra recibía un premio la noche del domingo por sus acciones solidarias, dedicadas especialmente a las personas sin techo.
El protagonista de Pretty Woman trató de mantenerse en segundo plano para dejar que esa noche fuera Alejandra quien acaparara toda la atención. "Hoy solo soy un marido a la sombra de su mujer y muy orgulloso de ella", dijo interpretando a la perfección su papel de hombre sincero y humilde.

Gere y su familia han pasado días de vacaciones en Italia, donde se conocieron y enamoraron, y también en Ibiza. "Me encantan este país y su gente, son muy amables. Todavía no conozco Marbella, no hemos tenido tiempo", dijo al llegar el ganador de un Globo de Oro por Chicago (Rob Marshall, 2002).
Como es lógico, a pesar de intentar ceder protagonismo a su mujer, Alejandra Silva, 33 años más joven que el galán, durante la velada el protagonista de Oficial y Caballero fue el invitado más importante. Se había anunciado la presencia de Paloma Cuevas. Pero una vez más la ex de Enrique Ponce optó por la espantada y no apareció, y solo William Levy compitió por acaparar la atención del público. Muchas mujeres pujaron en la subasta benéfica por sus besos, cotizados a alto precio.
Rendido a Andrea Bocelli
Richard Gere quedó impresionado por la actuación de Andrea Bocelli en la Gala; tanto, que decidió quedarse un día más para la actuación del divo italiano al día siguiente lunes, en su concierto en solitario.


Y la mejor manera de demostrar su admiración fue subirse al escenario para felicitarle personalmente y rendirse a sus pies, literalmente. Con un atuendo de sport y olvidando su condición de estrella de Hollywood, Richard Gere supo reconocer que esa noche el personaje importante era Bocelli con su voz prodigiosa.

Reyes Maroto apoya a Starlite
Reyes Maroto, que ha apoyado visiblemente Starlite y alabado tanto la labor solidaria como la importante aportación del festival para la economía y el empleo, cenó con el actor y su mujer en la mesa el domingo y al día siguiente la ministra de Industria, Comercio y Turismo se quedó al concierto de Bocelli, donde volvió a coincidir con el protagonista de Cotton Club.