La carismática y querida actriz, que luchó durante 30 años contra su larga enfermedad, comenzó a liquidar su enorme patrimonio en inmuebles con el objetivo de destinar ese dinero a su fundación para impulsar la investigación y desarrollo de nuevas terapias contra el cáncer. Un giro en sus finanzas que arrancó en 2019, tal y como publica New York Post. La protagonista de la míticia Grease falleció este 8 de agosto a los 73 años.
"A Olivia le encantaba ayudar a la gente. Pasó los últimos 20 años de su vida entregada a los demás", comenta una fuente de su entorno al mencionado diario. "Quería dejar atrás algo que perdurara en el tiempo y algo de lo que su hija también pudiera beneficiarse", continúa.
El año antes de que estallara la pandemia del Covid, la estrella del cine y la música puso a la venta su rancho de Santa Bárbara, California, por 5,4 millones de dólares (5,2 millones de euros). Finalmente decidió quedarse allí hasta el final de sus días, donde falleció rodeada de su familia y de sus amigos.
Según muestran los registros, transfirió de forma oficial la propiedad de la finca de Santa Ynez Valley a su marido, John Easterling, quien refinanció la hipoteca con 2,5 millones (2,4 millones de euros), según el periódico.
La casa, construida en 2008, tiene 1.300 metros cuadrados construidos, con rancho para los caballos, establos, piscina y solarium.
Ese mismo año puso a la venta su granja de 76 hectáreas de Dalwood, en Nueva Gales del Sur, en Australia. El inmueble de estilo francés fue construido en 1980 y reformado en 2000. Una gran propiedad con su propia selva tropical, que limita con el Parque Natural Victoria. Detalla el rotativo que en un solo mes vendió la finca por 4,6 millones de dólares (4,5 millones de euros).
A lo largo de estos años, la actriz ha destinado recursos y dinero al Olivia Newton-John Cancer and Wellness Center del Austin Hospital de Melbourne, una institución que fundó en 2012 y para la que destinó 189 millones de dólares (184 millones de euros). También a la fundación contra el cáncer lleva su nombre. Su empeño ha sido financiar la investigación para tratar el cáncer, enfoncándose también en la prevención y en los paliativos. A la cantante y actriz le diagnosticaron cáncer de mama en 1992; de nuevo en 2013 y en 2017.
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