La fiscal general del Estado, Dolores Delgado, ha presentado este martes 19 de julio su renuncia al cargo. Un cese que se habría producido por razones de salud, según El Confidencial. En su lugar, se prevé que este martes sea nombrado Álvaro García Ortiz, quien asumirá el mando del Ministerio Fiscal.
Delgado fue objeto de críticas desde el momento en que accedió a su cargo de fiscal general del Estado, en febrero de 2020, ya que hasta entonces había sido la titular de Justicia del Gobierno: entre junio de 2018 y enero de 2020 fue la notaria mayor del Reino, una circunstancia rodeada de polémica por su relación con Baltasar Garzón, con el excomisario Villarejo y también por su posicionamiento en relación con el problema independentista catalán.
Una mujer apasionada, vital y feminista
En octubre de 2018, año de su nombramiento como ministra, Delgado se separó de Valls Capell, su marido y padre de sus dos hijos. Una ruptura que llegó después de 32 años de matrimonio. Capell, empresario catalán, es licenciado en Ciencias Aplicadas por el Instituto Tecnológico de Rochester, en Minnesota, tiene un máster MBA en el IE y otro ADE por la Universidad de Navarra. Además, desempeñó un importante puesto en El Corte Inglés. Su carácter templado pudo interferir en el matrimonio: "Dolores es una mujer apasionada y con muchas ganas de vivir, Valls es un hombre templado y dotado del famoso seny catalán", dijo un amigo en El Mundo.
Madrileña, de 59 años, Delgado es licenciada en Derecho por la Universidad Autónoma y tiene un máster en la Escuela de Práctica Jurídica. Cuando se casó, en 1986, preparaba su oposición a fiscal, que sacó en 1989, y fue destinada en un juzgado de El Prat (Barcelona). Mujer vital, apasionada y feminista, es amante de las grandes ciudades, también encuentra paz y refugio en el campo. Le encanta montar a caballo y hasta se atrevió a torear en una capea con Enrique Ponce: "Era una fiesta de amigos privada y lo hizo fenomenal, con mucha gracia, como lo hace todo Lola", dicen desde su entorno.

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Su relación con Garzón
En 1993, Dolores fue destinada a la Audiencia Nacional en Madrid e inició una estrecha amistad con el juez Garzón, con el que trabajó cuando era titular del juzgado numero 5 en Antidroga. Nunca ocultaron su amistad. Tras unos inicios discretos, desde hace más de dos años mantienen una relación. El ex magistrado se divorció de su mujer, Rosario Molina, profesora de biología y madre de sus tres hijos, María, Baltasar y Aurora, que le han hecho abuelo. Rosario fue el gran apoyo de Garzón en marzo de 2021 cuando estuvo muy grave por covid.
Según publicamos en este digital el pasado enero, Delgado y Garzón estrenaron casa en la urbanización Ciudalcampo, a las afueras de Madrid, en un entorno de naturaleza, con encinas y campos de golf. Entre sus vecinos famosos figuran David Bisbal y Rosanna Zanetti. El precio de las mansiones rondaría los dos millones de euros.
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