Este miércoles nos sorprendía la revista Semana con unas fotografías de Mario Vargas Llosa saliendo de su casa del centro de Madrid. Junto a las imágenes se aseguraba que el premio Nobel llevaba dos semanas instalado en esa vivienda, la que compartía con Patricia Llosa hasta que hace siete años se trasladó a vivir con Isabel Preysler a Villa Meona, su mansión de Puerta de Hierro.
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Aunque la información de la revista simplemente se limitaba a decir que ya no vivían juntos y no iba más allá, de hecho indicaban que desconocían los motivos y que podría ser porque el escritor necesitara tranquilidad para escribir y por eso habría decidido trasladarse temporalmente a esa casa, rápidamente Isabel Preysler, y posteriormente Vargas Llosa, utilizaron su revista de cabecera para desmentir una crisis en la pareja.
¿Por qué negar una crisis de pareja cuando la revista Semana en ningún momento habló de separación sentimental? Como ya les hemos contado, algo raro debe estar pasando cuando el Nobel sale a desmentir lo que nadie ha afirmado.
¿Excusatio non petita, accusatio manifesta?
Pero es que, según ha tenido conocimiento Informalia, esas imágenes que ha publicado Semana estuvieron a punto de no ver la luz. Alguien estaba interesado en que no se supiera que Mario Vargas Llosa se había marchado de Villa Meona para trasladarse a vivir a su casa del Madrid de los Austrias.
Según ha podido saber este medio de fuentes bien informadas, "la revista Hola quiso retirar del mercado esas imágenes". Cuando la revista tuvo conocimiento de la existencia de esas imágenes "quiso comprarlas para guardarlas en un cajón y que no vieran la luz", nos aseguran. "Estuvieron en conversaciones con la agencia de prensa que había realizado esas fotografías para comprarlas, pero llegaron tarde, Semana ya se había hecho con ellas", nos explican.

Según nos cuentan, "esto no es inhabitual en esta revista cuando hay informaciones comprometedoras de personajes suyos. Haciendo eso, no solo les protege, sino que, a cambio, pueden obtener otros reportajes o entrevistas. Sabían que esas imágenes podrían esconder mucho más que un simple traslado temporal y no podían permitir que las publicara nadie. Pero no han podido conseguirlo", sentencian.
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¿Por qué no querían que estas imágenes vieran la luz? ¿Qué esconden realmente? ¿Hay más de lo que cuenta Semana? Esto no hace más que incrementar las dudas que se han generado a raíz de los extraños desmentidos. Entre otras cosas porque han negado algo que es innegable e incuestionable, que el premio Nobel llevaba dos semanas instalado y pernoctando en esa casa, como demuestran las imágenes publicadas, ya que son fruto de un seguimiento. De hecho, las fotos publicadas son de varios días en las que se le ve a él saliendo de la casa a las 7 de la mañana para ir a dar un paseo y volver un par de horas después con los periódicos bajo el brazo.

"Algo raro hay". Esa es la respuesta que ofrecen varios periodistas que se han puesto a trabajar para conseguir más información sobre este tema. Otras respuesta general de todos es: "Ellos lo niegan. No solo desmienten una crisis de pareja, algo que nadie ha dicho, sino que también que él estuviera instalado en esa casa, un hecho que está demostrado que es así. Es extraño". Y cuando hablas con amigos del escritor y la madre de Tamara algunos te hacen referencia a "comportamientos raros en las últimas semanas".

Otra cosa que llama la atención es que el mismo miércoles que salen publicadas esas imágenes, él sigue instalado en esa casa. De hecho, se le vuelve a ver a las 7 de la mañana. Sin embargo, ya el jueves volvió a Villa Meona y este viernes se le pudo ver salir a pasear por Puerta de Hierro en lugar de las inmediaciones del Palacio Real.