Britney Spears (40) tenía unas ganas locas de casarse con Sam Asghari (28). Tras más de cinco años de relación, no se dieron el 'sí, quiero' antes porque hasta hace alrededor de un año ella todavía estaba atada a la custodia legal de su padre. Este bodorrio tan esperado merecía un buen regalo, y vaya si se lo han hecho...

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Fuentes cercanas a la estrella del pop y el entrenador personal aseguran a TMZ que se han comprado una mansión de ensueño en Calabasas (California). Por ella han desembolsado unos 11,8 millones de dólares. Ahí es nada. Entre las curiosidades de la casa, una sala de cine, otra estancia para envolver regalos (sí, están leyendo bien) y una piscina con tobogán.

Explican que el casoplón tiene alrededor de 1.080 metros cuadrados. Pero lo más importante para Britney no es la amplitud ni todos los lujos que la mansión ofrece, sino que está cerca de la vivienda donde viven sus dos hijos con su ex marido Kevin Federline.

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Hay que recordar que el bailarín tiene el 70% de la custodia de los menores desde 2019. Britney no pasa todo el tiempo que le gustaría con ellos. Se dice que la relación que guarda con los dos, Sean Preston, de 16 años, y Jayden James, de 15, no es del todo estrecha. Precisamente ninguno de los dos acudió a la boda de la cantante, celebrada el pasado jueves.

La boda tuvo lugar en la casa de ella en Thousand Oaks, en California. El primer marido de la cantante de Toxic, Jason Alexander, se coló en ella para intentar sabotearla. Accedió hasta la sala donde iba a tener lugar la ceremonia antes de que comenzara. Este martes ha sido detenido. Le acusan de un delito grave de acecho y se le ha impuesto una fianza de 100.000 dólares.

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