Escalofriantes declaraciones de la actriz a su marido de camino al calabozo el día que fueron detenidos como sospechosos de la muerte de tía Isabel. Fue un comentario espontáneo que ha quedado registrado en el sumario del caso, ahora ya público: "Si llego a saber todo esto la incinero y no se entera nadie de nada, que no soy gilipollas. Yo solo quería cumplir su última voluntad, que era ser enterrada al lado de su marido".

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La familia de tía Isabel fue la que solicitó la autopsia al juez tras sospechar que su muerte no había sido natural. No tenían relación con Arancha Palomino, que se llevó a su tía a Madrid unos meses antes de su muerte. De hecho, el hermano de Isabel denunció su desaparición quince días antes de su muerte, ante la imposibilidad de ponerse en contacto con ella. Amigos y familiares afirman que cuando se fue con Arancha, Isabel estaba en perfecto estado de salud: "Estaba un poco sorda, pero nada más". La propia Arancha declaró ante el juez la pasada semana que su tía gozó de buena salud hasta 15 días antes de su muerte: "Me la llevé al zoo, de compras, a Cercedilla...".

Sin embargo, la autopsia de la anciana deja datos sobrecogedores: había consumido cuatro tipos de antipsicóticos al menos tres meses antes de su muerte, una combinación "infrecuente y sospechosa" que podría haber mermado sus capacidades cognitivas. La tía Isabel murió por una ingesta masiva de metales pesados que, según los forenses, se administró de una sola vez y descartan la ingesta de manera accidental o voluntaria, por lo que la defensa de Luis Lorenzo y Arancha Palomino, vertebrada en la presencia de estos metales en alimentos como patatas o pescado, es inútil.

Luis Lorenzo y su mujer han viajado este miércoles a Avilés (Asturias), donde Arancha Palomino debía solucionar un asunto penal con su ex marido. El encuentro entre ellos ha acabado de la manera más desagradable, hasta el punto de que se personó una patrulla de la policía y una ambulancia.

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