La hija pequeña de Kiko Matamoros y Makoke se ha sometido este martes a una operación de reducción de pecho en Madrid. La influencer, que acaba de cumplir 18 años, explicó en Instagram que ha tomado esta decisión debido a los problemas de espalda sufridos por el gran tamaño de sus pechos, una de las razones más comunes por la que algunas mujeres se realizan esta intervención.
Anita Matamoros no es la única cara conocida que ha pasado por el quirófano por una mamoplastia de reducción: Dulceida (28), Soraya Arnelas (35), Salma Hayek (52) o Ariel Winter (20), la actriz que interpreta a Alex en Modern Family, también lo hicieron.

A pesar de que las intervenciones de aumento de mamas es una de las cirugías más demandadas en España, también se realizan intervenciones cuyo objetivo es todo lo contrario. La mamoplastia de reducción consiste en una extirpación de parte del tejido mamario y de la piel. La cantidad que se retira va en función del peso, altura, anchura del tórax y estructura osteo-muscular de la paciente. Esta operación se suele hacer bajo anestesia general y dura entre dos y cinco horas. El precio de esta cirugía varía según la clínica, pero suele rondar los 6.000 euros, precio similar al de un aumento de pecho.


Las mujeres que se realizan una reducción mamaria eligen esta opción por motivos de salud que normalmente afectan a la zona de la espalda, hombros y cuello. El exceso de peso también puede generar dolores de cabeza y problemas nerviosos crónicos causados por la mala postura, los cuales pueden ocasionar, a su vez, entumecimiento u hormigueo en brazos o manos. Los sarpullidos bajo las mamas son otra de las consecuencias de tener grandes mamas.
Por otra parte están los problemas estéticos, como los surcos producidos por la tira del sostén, la aparición de líneas similares a cicatrices en la piel (estrías), dificultad para encontrar ropa que le sirva y baja autoestima.