Los diagnósticos de trastornos de conducta alimentaria (TCA) crecen un 40% desde la pandemia. Aunque afectan a ambos sexos, son más habituales en mujeres que en hombres, según los expertos. El Día Mundial del Bienestar Mental de los Adolescentes, el 2 de marzo, tiene como objetivo sensibilizar a la población sobre los problemas de salud mental en los adolescentes y desestigmatizar este tipo de trastornos para ofrecerles el apoyo adecuado.
"El entorno familiar es el factor clave para la detección de la enfermedad y el buen desarrollo físico y emocional de los jóvenes", indica Sandra Fernández Ramos, directora clínica de Arbore, centro especializado en TCA y Hospital de Día adscrito a la Comunidad de Madrid. Desde Arbore ayudan y acompañan a las familias en la tarea de cuidar a una persona con un TCA, y no menos importante, "a gestionar los sentimientos de culpa, miedo y frustración que en ocasiones les acompaña a lo largo de todo el proceso". Foto inferior, Sandra Fernández Ramos y Miriam Blanco Hurtado, de Arbore.

Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) más frecuentes son la anorexia nerviosa, la bulimia y el trastorno por atracones. "Aunque afectan a ambos sexos, estos problemas de salud mental son mucho más habituales en mujeres que en hombres, con una incidencia que va de 4,1% a 6,4% en ellas, frente al 0,3% a 0,7% en ellos", afirma Fernández Ramos. "La franja de edad se sitúa entre los 12 y los 21 años, aunque el pico de mayor incidencia se da entre los 15 y los 18 años", añade.
El efecto pandemia
La pandemia provocó un punto de inflexión. Según la Sociedad Española de Urgencias en Pediatría (SEUP), los diagnósticos relacionados con trastornos mentales en los servicios de Urgencias Pediátricas se incrementaron un 10% desde marzo de 2019 hasta marzo de 2021. Más concretamente, los TCA han crecido en torno al 40%. "La pérdida de peso en pacientes con TCA es hasta un 50% superior tras la pandemia", apunta Miriam Blanco Hurtado, directora asistencial de Arbore. "También se ha detectado un descenso en la medida de edad de inicio de los síntomas".
Es importante destacar que "el acoso escolar puede ser uno de los múltiples factores implicados en la aparición de un trastorno de la conducta alimentaria" debido a dos motivos: los problemas emocionales y de autoestima; y las burlas, que suelen centrarse en la apariencia y en la imagen.
Además, las expertas detallan algunas señales que pueden ayudar a un diagnóstico precoz. Por ejemplo, saltarse comidas; ir al baño inmediatamente después de las comidas; bajada o subida de peso muy rápida; ejercicio físico excesivo y de forma obsesiva; pesarse muy a menudo; mareos y tensión baja, preocupación excesiva por la imagen corporal; disminución del rendimiento académico o de la capacidad de concentración; o aislamiento social, entre otros síntomas.