Con la ilusión de traer los sabores de la cocina nipona hasta Barcelona, en un momento en el que las opciones eran limitadas y muy ortodoxas, los hermanos Molina-Martell decidieron importar desde Londres un nuevo concepto de restaurante japonés: un espacio moderno, más informal, cosmopolita, con buenas materias primas y en cuya carta se combinarían los sabores de Oriente y Occidente sin complejos. Así, en el año 2007, nacía Nomo Gràcia, el origen en la historia de los restaurantes japoneses Nomo.Con la ilusión de traer los sabores de la cocina nipona hasta Barcelona, en un momento en el que las opciones eran limitadas y muy ortodoxas, los hermanos Molina-Martell decidieron importar desde Londres un nuevo concepto de restaurante japonés: un espacio moderno, más informal, cosmopolita, con buenas materias primas y en cuya carta se combinarían los sabores de Oriente y Occidente sin complejos. Así, en el año 2007, nacía Nomo Gràcia, el origen en la historia de los restaurantes japoneses Nomo.
Quince años después de la inauguración de su primer local, Borja Molina-Martell y su hermano Juan Molina-Martell, su cuñado, Ramón Jiménez, y su socio japonés, Naoyuki Haginoya, han pasado a gestionar un equipo de casi 200 personas y suman tres locales en Barcelona (Nomo Gràcia, Nomo Galvany y Nomo Sarrià), otros tres en la Costa Brava, asociados con la familia Figueras y Xavier Rocas (Far Nomo y Nomo Nàutic y Nomo Mar), uno en Girona (Nomo Girona), y Nomo Braganza en Madrid. Además, esta familia de jóvenes emprendedores está a punto de abrir las puertas del restaurante Nomo Mar en el Paseo Marítimo de Llafranc – el octavo restaurante Nomo del grupo -, y también cuenta con una exitosa línea de take away y de delivery que opera en Barcelona y en Madrid: Nomomoto.

Una de las claves del éxito de Nomo reside en la trayectoria y experiencia gastronómica de Naoyuki Haginoya, quien dirige los fogones de los restaurantes desde los inicios del proyecto. Formado en barras de sushi, izakayas y yakinukus en Tokio, el chef ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre las técnicas y el recetario japonés y los ingredientes locales y el producto de temporada.
El resultado es una carta en la que se pueden encontrar diferentes variados de sushi, nigiris y sashimis de primera calidad – para elaborar las piezas utilizan arroz de Pals y pescados de primera, como el salmón procedente de Alaska o Noruega y el atún de Arrom – y cerca de un sesenta por ciento de platos calientes. Destacan las tapas japonesas, como las sukiyaki —croquetas de rabo de toro rebozadas en panko—; las gyozas clásicas —de langostinos o de pollo con verduras— y otras especiales como las de butifarra de Perol con verduras, que buscan ese acento local; o la tortilla okonomi, que aquí toma forma de tortilla vaga con pulpo, coronada con láminas de katsuobushi —bonito fresco— y salsa okanomiyaki, además de los arroces, los fideos, las tempuras, los tatakis y los platos a la brasa.

"Nuestra fórmula de apostar por unos establecimientos muy cuidados, un servicio de sala impecable y una propuesta gastronómica innovadora con un precio razonable ha tenido muy buena acogida en el público", comenta Borja Molina-Martell. "Nomo ha evolucionado mucho desde sus inicios, adaptándose e incorporando nuevas ideas, pero hay algo que siempre ha mantenido desde sus inicios: en primer lugar, la concepción familiar, que ha estado muy presente en el negocio desde el principio y que sigue intacta a pesar de la expansión del proyecto. Y, por otro lado, el enfoque del restaurante, que sigue siendo, ante todo, cumplir con las expectativas del cliente", concluye.
Estos 15 años de trayectoria coinciden con el estreno de una renovada identidad visual de la marca y con el lanzamiento de un programa de fidelización llamado Clan Nomo, que ha sido diseñado con el propósito de fomentar y estrechar el vínculo con sus clientes a través de experiencias exclusivas.
Con Nomo llegó a la Ciudad Condal, y al resto de las ciudades en las que está presente, un concepto de restaurantes japoneses totalmente innovador. Ahora, tras 15 años de trayectoria, Nomo se posiciona como un claro ejemplo de éxito consolidado que sigue ofreciendo a sus clientes una gran experiencia gastronómica. Todo ello manteniendo su esencia, sus valores familiares y la misión de garantizar el mejor servicio a sus clientes.