Un plato de patatas fritas nunca pasa desapercibido ante los ojos de un niño. Son el mejor acompañamiento a unos huevos fritos, una hamburguesa o, un pescado, por qué no. Hacerlas es una labor muy fácil, y lo cierto, es que merece la pena hacerlas en casa y no comprarlas congeladas en el supermercado. Es mucho más sano y nutritivo.
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Las patatas perfectas son aquellas que son crujientes en el exterior y jugosas en el interior. Solo necesitamos una sartén, unas buenas patatas (las mejores variedades para freír son las Monalisa y la Kennebec) y aceite.
El nutricionista Pablo Ojeda visitó esta semana el programa de La Sexta Más vale tarde y habló sobre este asunto. "¿Quieres el truco perfecto para que las patatas fritas te queden perfectas de restaurante?", preguntó a la presentadora Cristina Pardo.
La clave está en cocerlas unos segundos
Para ello, lo que recomendó, en primer lugar, meterlas en agua una vez que las tengamos cortadas. De esta forma, se elimina parte del almidón y evitamos que se peguen unas a otras al freírse. A continuación, lo que se debe hacer es cocerlas durante unos segundos para después introducirlas en aceite.
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Con ello, lograrás que estén más crujientes y tendrán más sabor. También así hará que las patatas estén menos grasientas y no admitan tanto aceite como ocurre con el método de toda la vida. Así pues, esta es una forma mucho más sana que comprar las patatas congeladas.