Google Maps es una de las aplicaciones más útiles que existen hoy día. Lanzada en 2005, recurrimos a ella cada vez que queremos planificar un viaje o ver cuánto tiempo se tarda en completar un trayecto determinado en tiempo real. Sin embargo, el servidor de aplicaciones de mapas en la web de Google nos deja un puñado de curiosidades.
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Por todo el planeta ya localizaciones que, por diferentes motivos, Google los pixela. Puede deberse a una cuestión de seguridad, como ocurre con la Fortaleza de Isabel II en Mahón, en la isla de Menorca. El complejo militar que pertenece al Ministerio de Defensa está 'oculto' por Google Maps.
Más conocidos son los casos de Corea del Norte (desde la vista satélite solo aparece Pyongyang, su capital), el Área 51 en Estados Unidos (se desconoce el trabajo que se hace en esta base militar de Nevada) o el 2125 de Seymour Avenue, en Cleveland, donde tres niñas fueron secuestradas y violadas por un hombre que no llegó a cumplir su condena al suicidarse en la cárcel.
La Isla de Tambó está bajo jurisdicción militar
Esto mismo ocurrirá a quien haga un barrido por la ría de Pontevedra a través de Google Maps. La Isla de Tambo es toda una incógnita, pues aparece pixelada en las imágenes vía satélite del gigante tecnológico. Pero, ¿por qué? Esta porción de tierra en aguas gallegas está bajo jurisdicción militar, concretamente por la Escuela Naval de Marín.
Sin embargo, hay una contradicción. Pese a que no se pueda ver esta isla en Google Maps, sí que es posible tener una vista de la armada. De hecho, la escuela reconoció no saber que la isla se encontraba difuminada. El periódico Faro de Vigo llegó a ponerse en contacto tanto con el Ministerio de Defensa como con Google, pero ninguno de los dos supieron explicar el motivo por el que la Isla de Tambo aparece pixelada.

Permitidas las visitas desde el pasado verano
La Isla de Tambo tiene una superficie de 28 hectáreas y alcanza los 80 metros de altura en el monte San Facundo. Está cubierta casi por completo de árboles, eucaliptos principalmente. Cuenta también con un faro, dos playas vírgenes (Area de Illa y A Dreidá), tres pequeños embarcaderos y hasta un búnker de 180 metros cuadrados donde se guardaba la munición en el pasado.
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Se da la casualidad de que aunque la Isla de Tambo esté oculta por Google esté oculta, el Concello de Poio lo 'despixeló' el pasado verano permitiendo las visitas a grupos reducidos de 50. Quienes deseen conocer esta joya natural que aun sigue siendo un misterio pueden hacerse con la autorización y el billete de las navieras que operan los trayectos en este enlace. La duración de la visita es de casi tres horas.