Francisco Bores es uno de los artistas más singulares de la pintura contemporánea y de las vanguardias del siglo XX. El emblemático centro madrileño expone su obra al cumplirse 50 años de su muerte.
Bajo el título Bores Madrid-París (1898-1972), la Residencia de Estudiantes de Madrid alberga esta exposición dedicada al artista, referente de la vanguardia artística madrileña del siglo XX. La muestra, comisariada por Genoveva Tusell, profesora de Historia del Arte de la UNED, recorre la trayectoria de Bores, desde sus inicios en aquel Madrid de 1920 hasta su madurez, en Francia, donde murió en 1972.

Un centenar de óleos, dibujos y grabados conviven con obras de otros artistas coetáneos, con quienes coincidió en la vanguardia madrileña. Entre ellos, Benjamín Palencia, Alberto Sánchez o Roberto Fernández Balbuena. El estilo propio e inconfundible de Bores se caracteriza por un exquisito tratamiento del color, el reflejo de una aparente intimidad sencilla y también su poderosa capacidad evocadora. Como dijo una vez Juan Ramón Jiménez, "es un clásico de nuestro arte contemporáneo".
Bores se crió en el número 4 de la madrileña calle Barquillo en el seno de una familia acomodada, relacionada con la diplomacia, la abogacía, la ingeniería y la política. Estudió en la Escuela de Ingenieros de Caminos y también cursó varias asignaturas de Derecho. Pero lo suyo eran los pinceles. En 1916 ingresó en la academia de Cecilio Pla, junto a Pancho Cossío, Manuel Ángeles Ortiz y Joaquín Peinado. Empezó a copiar a Tiziano en El Prado. Frecuentaba la Residencia de Estudiantes, punto de encuentro de artistas e intelectuales de la Edad de Plata. Allí entabló amistad con el citado Juan Ramón Jiménez, Dalí, Ortega y Gasset, García Lorca y José Bergamín.

Publicó grabados en madera y xilografías en la Revista de Occidente. En 1925 participó en la Exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, pero el rechazo hacia el arte joven le animó a marcharse a Francia, donde conoció a Pablo Picasso y a Juan Gris. Bebió de las corrientes del cubismo y surrealismo y también del fauvismo, de Matisse. En 1934 expuso con Dalí en Londres. Años después, el MoMA de Nueva York compró L'Essayage, uno de sus cuadros favoritos. Pasó por la galería Louis Carré de París y elaboró litografías para una edición de obras completas de Camus. En Francia, Bores se convertiría en un símbolo de la Escuela de París. La muestra se puede visitar hasta el 16 de abril (c/Pinar, 23. Madrid).