El frío ya ha hecho acto de presencia en España durante las últimas jornadas, por lo que mucha gente ya ha empezado a encender la calefacción. Lo hacen aun sabiendas de que este invierno tendrán que hacer un mayor esfuerzo para pagar las facturas, debido a la crisis energética que existe hoy día por la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
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Para hacer frente a los altos precios del gas, los expertos recomiendan a los clientes cambiar su tarifa del mercado libre al regulado, pues esta modificación puede suponer un ahorro de hasta más del 50% en la factual anual. La Tarifa de Último Recurso (TUR) está regulada por el Gobierno por medio de subastas cada tres meses (enero, abril, julio y octubre).
No obstante, los consumidores advierten del retraso y las trabas que existen en las cuatro comercializadoras que ofrecen la TUR en nuestro país - Gas&Powe (Grupo Naturgy), Energía XXI (Grupo Endesa), Curenergía (Grupo Ibedrola) y Baser (Grupo Total Energies) - para hacer el cambio, algo que es totalmente gratuito.
Ocho velas y dos macetas
Con los precios del gas disparados, cualquier truco para ahorrar es bueno. Uno de ellos es el llamado método Winter. Su nombre se debe al marinero Dylan Winter, quien ideó una forma barata para calentar una habitación.
Llevarlo a cabo es sencillo, pues tan solo se necesitan dos macetas y ocho velas. Además, existe un vídeo tutorial en YouTube. Lo primero que hay que hacer es encender las velas, colocarlas en el interior de una bandeja de metal y cubrirlas con una maceta de cerámica pequeña con el agujero de su base tapado. A su vez, esta macera estará tapada por otra más grande, a la que dejaremos abierto el agujero.
Los expertos dicen que no es seguro
Las velas calientan el aire que hay detrás de la maceta y el calor tiende a irse hacia arriba por la corriente de convección entre el aire caliente y frío, lo que hace que ese aire caliente salga por el agujero central de la maceta más grande y por la parte baja de la bandeja. Aun así, expertos en la materia ponen en duda este método en cuarentena por no ser seguro al utilizar fuego y al considerarlo ineficaz, pues la energía no deja de ser la llama de una cerilla.