Este martes, 25 de octubre, se celebra el Día Mundial de la Pasta. Los fabricantes de este alimento fundamental de la dieta mediterránea eligieron esta fecha con motivo del primer congreso mundial de pasta, celebrado en Roma en 1995. Fue entonces cuando la reconocieron como un alimento aceptado, consumido y querido en casi todo el mundo.
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Como decimos, la pasta es uno de los pilares de las dietas equilibradas, siempre que nunca se tome en cantidades que sean excesivas, pues es nutritiva y aporta un gran chute de energía. Además, cocinarla es sencilla: solo tendrás que cocerla y añadir los ingredientes que más te gusten.
En este sentido, y para homenajear a la pasta, una de las recetas más famosas que existen es la carbonara. Aunque normalmente solemos introducir nata en la elaboración, hay cierta controversia pues la gran parte de los italianos dicen que, en realidad, la carbonara se hace con huevo.
Huevos, pimienta, parmesano y panceta
La primera receta de la carbonara en un libro de cocina (La dama de la cocina de Felix Dessì) contaba que se hacía con huevos, pimienta, parmesano y panceta. Como vemos, la nata no existe, y la clave de la salsa cremosa reside en los huevos y, en concreto, en sus yemas.
Por lo tanto, la diferencia de unos verdaderos espaguetis a la carbonara está en incluir panceta (que no beicon) y queso parmesano o pecoriono. La elaboración es muy sencilla: hierve la pasta al tiempo que la panceta se dore en otra sartén. Además, bate dos yemas de huevo para añadir después el queso y un poco de pimienta negra.
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Continua batiendo de forma que la salsa no quede ni muy espesa ni muy líquida. La densidad tiene que ser la justa. ¿Cómo hacerlo? Los italianos sugieren usar un poco del agua de cocción (nunca debes tirarla) para conseguir ese punto de cremosidad. Concluye sazonando los espaguetis en la sartén con la panceta y mézclalos con la salsa. Por último, puedes rayar queso parmesano por encima.
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