Karim Benzema fue el protagonista de la gala del Balón de Oro celebrada este lunes en el Teatro Chatelet de París, al lograr su primer título a los 34 años después de una gran temporada con el Real Madrid. El delantero francés rindió homenaje a Tupac con un estilismo parecido al que llevó el rapero años atrás.
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Además de sus gafas y su maltrecho dedo que siempre lo lleva vendado en los partidos, lo que acaparó las miradas de todos fue el reloj de 500.000 euros que lucía en su muñeca izquierda. El peluco en cuestión era el Richard Mille 65-01 Red Gold y está considerado por uno de los más complicados del mundo, pues salió al mercado tras cinco años de pruebas.
El reloj tiene un calibre automático RMAC4 y lleva un balance de alta frecuencia que es capaz de cronometrar hasta 1/10 de segundo con máxima precisión. El complemento de lujo que llevaba el futbolista fetiche de Florentino Pérez en la gala que le coronó como el mejor del pasado curso contrastó con el reloj que escogió Robert Lewandowski.
Lewandowski y el robo de su reloj
El flamante fichaje del Barça recogió el premio a mejor goleador por su campaña en el Bayern, conformándose, además, con el cuarto puesto en el ranking del Balón de Oro. El actual pichichi de LaLiga escogió uno de los relojes más usados por los ciudadanos a pie: el Unisex Casio Vintage de color dorado, cuyo precio es de 43 euros.
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Este detalle humilde no es casualidad, ya que el polaco sufrió el robo de su reloj, un Patek Philippe valorado en 70.000 euros, a la salida de la ciudad deportiva del club blaugrana, donde suele ser habitual que los futbolistas se paren a firmar autógrafos a los fans. Por suerte, gracias a la Policía Local de Sant Joan Despí y los Mossos d'Esquadra, Lewandowski pudo recuperar esta joya de un gran valor sentimental.
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