Los amantes del frío y de la alta cocina pueden encontrar su paraíso a solo 300 kilómetros del Círculo Polar Ártico con el restaurante Koks. Se trata de uno de los establecimientos más curiosos del mundo, no solo por su remota ubicación, sino también por la filosofía que tiene. Además, tiene el valor añadido de contar con dos estrellas Michelin: la primera la consiguió en 2017 y la segunda en 2019.
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Galardonado con dos estrellas Michelin, fue inaugurado en 2018 en un pueblo de Islas Feroe de apenas 250 habitantes llamado Leynavatn. Pero, después de cuatro años, se ha trasladado a un pequeño asentamiento de 50 personas, Ilimanaq, que está situado en Groenlandia, un vasto territorio que pertenece a Dinamarca y que un 80% de su superficie está cubierto de hielo.
Ubicado en una cabaña de madera
Llegar hasta Koks no es fácil. Primero, hay que volar hasta el aeropuerto de Ilulissat y, desde allí, se ha de coger un barco, cuyo trayecto de media hora, recorre glaciares y fiordos. En Groenlandia permanecerá hasta 2023, cuando el restaurante se mude de forma definitiva a otro pueblo de Islas Feroe, cuyo nombre es Dossdalsgjógv.
Comedor del restaurante Koks (Facebook)
Koks se encuentra en el interior de una cabaña de madera negra del siglo XVIII. Los marcos blancos de las ventanas hacen contraste. En su interior, lo primero que llama la atención es el cráneo de buey almizclero que recibe a los clientes. El comedor, de 30 comensales, está iluminado con velas y las sillas están adornadas con pieles de oveja. Y esto no es todo, pues el complejo cuenta con quince bungalows de lujo para alojar a los clientes, si así lo desean.
Su menú cuesta casi 300 euros
El establecimiento ofrece un menú degustación único de 17 platos por 282 euros, a lo que habría que añadir unos 215 euros si se desea un maridaje de vinos o 107 euros, una selección de zumos. Todo ello está compuesto por el chef de Islas Feroe Poul Andrias Ziska, que ha diseñado su cocina característica locavore.

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Así las cosas, los clientes de Koks podrán degustar platos como cabezas de gambas crujientes con ojos y antenas brillantes, salmón ahumado emparedado entre galletas burbujeantes de piel de pescado y tiernos bocados de pechuga de perdiz rojo escarlata ensartados con un hueso de ala de plumas blancas.
