El lavavajillas es uno de los electrodomésticos que nos hacen la vida más fácil. Eternamente agradecidos tenemos que estar a Josephine Cochrane, una mujer norteamericana que, cansada de fregar platos, se le ocurrió la maravillosa idea de crear un lavavajillas mecánico, una máquina que sostenía los platos en una rejilla al tiempo que la presión de un rociador de agua los limpiaba.
Lea también: Estos son los siete errores que cometemos al hacer la maleta (según una azafata)
Cochrane fabricó el lavaplatos con la ayuda del mecánico George Butter. Fue en 1886 cuando recibió la patente por el aparato y, aunque lo comercializó en hoteles y lo exhibió en la Exposición Mundial de Columbia en Chicago en 1893, hubo que esperar hasta 1949 para verlo en las casas.
Evita el prelavado con agua
En la actualidad, nadie contempla no tener un lavavajillas en su cocina, pues hace que ahorremos en tiempo y en esfuerzo. Sin embargo, no siempre hacemos una correcta utilización del mismo. Uno de los errores más comunes es prelavarlos con agua antes de introducirlos.
Los fabricantes de lavavajillas aseguran que este acto es totalmente innecesario, pues lo correcto sería quitarle los restos de comida con una servilleta de papel o el mismo cubierto antes de meterlo para evitar que se acumulen cuerpos extraños en el interior y malos olores.
Uso responsable del lavavajillas
Por otro lado, no por echar más detergente los platos quedarán más limpios. Todo lo contrario: un exceso de jabón puede ser contraproducente y puede hacer que la vajilla salga sucia. Recuerda, además, ponerlo en el compartimento específico, que normalmente suele estar en la puerta del lavavajillas.
Lea también: Los errores que cometes a la hora de hacer una tortilla de patata (y no lo sabías): así tienes que hacerla
No olvides hacer un consumo responsable del aparato, y ponerlo únicamente cuando esté lleno. Los cubiertos deberán estar colocados por tipologías y sin que se toquen entre ellos. Al terminar, abre el lavaplatos de forma inmediata para evitar que la humedad se quede dentro y huela mal.