A la hora de comprar una cafetera nueva, hay que tener en cuenta muchos aspectos. Hoy día, los consumidores pueden encontrar en el mercado una amplia variedad, al realizar el café de diferente forma. Existen cafeteras italianas, de goteo, de émbolo, de cápsula o automáticas.
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Años atrás, la opción preferida para disfrutar del aroma y el sabor de un buen café era la cafetera italiana, sin embargo, con el paso de los años, las máquinas de cápsulas han ido ganando terrenos. Nespresso fue la marca que primero las comercializó, aunque otros fabricantes siguieron sus pasos.
Estas cafeteras inyectan agua en la cápsula (que de forma previa hemos introducido en un depósito) y extraen el café. El precio de estos aparatos no suele ser muy elevado, pues los modelos más baratos cuestan en torno a 50 euros, mientras que los más exclusivos sí que pueden irse más allá de los cien euros.
Rápidas y fáciles de limpiar
Las cafeteras de cápsulas cuentan con varios beneficios. En primer lugar, ocupan muy poco espacio en la cocina, al ser compactas. Son fáciles de limpiar, tan solo hay que vaciar de vez en cuando el recipiente de las cápsulas y la bandeja de goteo, mientras que el depósito de agua se puede desmontar y meterla en el lavavajillas.
La mayor ventaja de todas es que son muy rápidas. Tan solo tienes que apretar el botón y esperar unos segundos a que tu café esté listo. Y garantizan un café de calidad.
Las cápsulas son caras y contaminan
Sin embargo, estos aparatos también tienen desventajas. Empecemos por el precio. Si el aparato en sí no es caro, las cápsulas de café sí lo son. De ahí a que mucha gente recurra a comprar cápsulas de marca blanca compatibles con la cafetera.
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Por otro lado, hay que decir que las cápsulas son muy dañinas para el medio ambiente, pues están hechas de plástico y aluminio, y también contienen restos de materia orgánica, por lo que hay que desecharlas en contenedores especiales, algo que no todo el mundo lo lleva a raja tabla. Diversas marcas han apostado por puntos verdes específicos de reciclaje de cápsulas.
Por último, los más cafeteros desecharán la idea de este tipo de cafeteras, ya que no ofrecen una gran variedad de cafés: no se pueden utilizar café de diferentes países o distintos aromas.