Cuando salimos a comer fuera, queremos disfrutar de una buena experiencia gastronómica. Esto no solo incluye las elaboraciones del chef, sino también dejarnos sorprender del concepto del restaurante, del propio local en sí y gozar con la atención del servicio. A eso deben aspirar los clientes del siglo XXI.
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En este sentido, Casa Botín es un establecimiento especial. Lo es porque es el restaurante más antiguo del mundo, tal y como reconoce el Libro Guinness de los Records. Ubicado en la calle Cuchilleros 17 de Madrid, fue fundado en 1725 por Cándido Remis. Su intención era ofrecer platos tradicionales de la cocina madrileña.
Por entonces, debido a la legislación de la época, solo se cocinaba aquellos productos que traían los clientes, sobre todo asados. De ahí que Casa Botín haya conseguido tanta fama y sea mítico. De hecho, la revista Forbes lo incluye entre los diez mejores restaurantes clásicos del mundo.
La estrella es el cochinillo
Desde su apertura, el plato estrella ha sido el cochinillo, que se elabora en un horno bajo la atenta mirada de los cocineros. La sal, la pimienta, el agua, la manteca de cerdo, el vino blanco, el laurel, la cebolla y el ajo se reparten estratégicamente por todas las piezas.
Casa Botín
Visitas históricas
La materia prima es de la mejor calidad. Según explican, la carne procede de un 'triángulo mágico' formado por Sepúlveda, Aranda y Riaza. El reparto se hace tres veces por semana. Eso sí, la carta de Casa Botín es amplia e incluyen, por ejemplo, lenguados y merluzas.

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Las visitas de escritores de la talla de Ernest Hemingway, Benito Pérez Galdós, Graham Greene o María Dueños son una verdadera prueba de que estamos hablando de un establecimiento histórico en el Madrid más castizo.