Dormir es una necesitas vital de los seres vivos. Descansar lo suficiente es sinónimo de calidad de vida, pues la salud va directamente unida al sueño. Cuando estamos dormidos, hacemos que nuestro organismo restablece las funciones físicas y mentales, de ahí que el dormir sea importante.
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Sin embargo, no todas las personas pueden conciliar el sueño de forma sencilla. De hecho, la Sociedad Española de Neurología ha publicado recientemente un estudio, el cual asegura que entre un 20 y un 48% de la población adulta de nuestro país tiene dificultad para iniciar o mantener el sueño por las noches.
Porque sufrir insomnio no solo hay que relacionarlo con la imposibilidad de conciliar el sueño. Existen otros síntomas a los que hay que encuadrarlos en este trastorno, como por ejemplo despertarse a mitad de madrugada, tener sueño intermitente o que el sueño no sea reparador.
Si usted es de las personas que tiene este problema, hay una técnica de relajación que puede ayudar a combatirlo. Es conocida como la '4-7-8' y se basa en el control de la respiración. Fue desarrollada por el doctor Andrew Weil, científico de la Harvard Medical School.
Cómo hacer la técnica 4-7-8
El experto dice que "la respiración 4-7-8 es el método de relajación más poderoso que he descubierto". Además, otra ventaja de esta técnica es que no requiere de ningún equipo o dispositivo. Weil recomienda llevarla a cabo "dos veces al día" para obtener un beneficio completo.
Eso sí, hasta notar un cambio fisiológico pueden pasar de cuatro a seis semanas. Además de ayudar a conciliar el sueño, la técnica 4-7-8, podría contribuir a bajar la frecuencia cardíaca, disminuir la presión arterial y mejorar tanto la digestión como la circulación.
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Para realizarla, tienes que tumbarte en una posición que sea cómoda y pensar en estos tres números, el 4, el 7 y el 8. Primero coge aire durante cuatro segundos; luego lo mantienes siete en los pulmones y, por último, lo exhalas en los siguientes ocho segundos. Todo esto lo debes hacer con la punta de la lengua en el paladar. Repite este proceso un total de cuatro ciclos de respiración.