Con la llegada del mes de julio, muchos españoles empiezan sus merecidas vacaciones. Serán los primeros en descansar, pero los primeros en volver a sus puestos de trabajo. Sea como fuera, las buenas temperaturas y los días más largos del verano invitan a hacer más planes fuera de casa.
Lea también: Tinto de verano o cerveza: ¿qué bebida engorda menos?
En estos meses estivales, es muy habitual excederse tanto en comida como en bebida. Cerveza, tinto de verano, sangría, cócteles... Bien es sabido por todos que el alcohol es mal compañero de los vientres planos, al igual que ocurre con los carbohidratos refinados, los refrescos azucarados o los ultraprocesados.
Sin embargo, el alcohol es peligroso porque se acumula en torno a los órganos. Esto provoca un aumento del peligro de desarrollar síndrome metabólico (conjunto de problemas que exponen a algunos adolescentes al riesgo de desarrollar enfermedades cardíacas y la diabetes tipo 2 cuando llegan a la edad adulta).
La cerveza agrava la grasa visceral
La 'buena noticia' es que no todos los tipos de alcohol engordan por igual. Hace unos meses, The Conversation publicó un estudio que asegura que la cerveza y los licores tienen efectos más perjudiciales en la cintura que el vino tinto o blanco, así como en el riesgo de patologías cardiovasculares.
Esta conclusión se extrae de otro estudio que se publicó en la revista Obesity Sciente & Practice, el cual advierte del peligro de la cerveza y bebidas destiladas sobre la grasa visceral.
Lea también: Por qué estás cometiendo un error si bebes la cerveza en una jarra o copa helada
Para llegar hasta aquí, los investigadores analizaron la base de datos UK Biobank. En concreto, estudiaron a 1.869 adultos blancos con edades comprendidas entre los 40 y los 79 años, a los que tomaron datos demográficos, de alcohol, dietéticos y de estilo de vida, por medio de un cuestionario. También se registró altura, peso, sangre y composición corporal.
Beber vino blanco con moderación tiene beneficios para la salud
Según el estudio, el vino tino no muestra relación con niveles más altos de grasa visceral. Además, el autor principal de la investigación explica que se encontró mayor densidad mineral ósea entre los adultos mayores que bebían vino blanco con moderación, algo que no ocurre con quienes bebían vino tinto o cerveza.