Estilo de Vida

Cómo elegir la mejor sandía: estos son los mejores consejos que da la OCU

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Con la llegada del verano, muchos hábitos suelen cambiar. El cambio estacional se nota sobre todo en la alimentación, pues solemos apostar por productos más frescos: gazpacho, salmorejo, ensaladas... Sin embargo, los productos estrella son las frutas como la sandía, el melón o las fresas.

Sin embargo, España atraviesa por un momento histórico de inflación que ha hecho encarecer la cesta de la compra. Uno de los alimentos que más ha subido de precio es la sandía, casi el triple en un año. Los agricultores explican que la producción de esta fruta ha sido corta, en torno a la mitad, debido a la calima y las lluvias intensas.

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Por eso, ahora más que nunca es importante elegir bien la sandía que nos llevemos a casa. Al tratarse de una fruta cuya calidad está en el interior, imperceptibles para la vista, la OCU da una serie de consejos para tratar de saber si la elegida es la correcta. 

Ojo al brillo, la presión y la forma

- Color y brillo. Los consumidores solemos optar a los colores intensos porque las convierten más apetecibles. Pero en el caso de la sandía no es lo mejor, ya que cuanto más oscura y menos manchas diferentes de verde tenga la corteza, más madura estará. Además, una zona de la base debe tener un color amarillo cremoso (cuanto más oscuro mejor): este lugar de la fruta es el que ha estado apoyada en la tierra conectada a la planta. 

- El golpecito. ¿Te suena ver al frutero dar unos golpecitos a la sandía para dar con la mejor? Pues bien, tiene su explicación. Si el sonido resultante es hueco y contundente, significa que la sandía está en su punto de maduración, es decir, está perfecta para comérsela. Pero escuchar una especie de eco indica que aun no está en su grado óptimo de maduración. 

- La presión. Otro consejo que da la OCU para dar con la sandía perfecta es fijarse en si la textura de la corteza es firme, pues si es blanda denota que está pasada o ha sufrido algún tipo de daño.

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- La forma. Se aconseja optar por una sandía que sea redonda y que carezca de protuberancias y grietas. Si la fruta tiene alguna deformidad, puede ser debido a que no haya recibido de forma correcta la luz solar o el agua. La OCU recomienda elegir las piezas que están en lo alto del montón, pues son las que menos golpes habrán sufrido.

- El peso. Tiene que pesar más de lo que aparenta. Si ocurre lo contrario, estará menos dulce y menos sabrosa. Cabe recordar que un alto porcentaje de su composición es agua. 

¿Y qué ocurre si nos decantamos por comprar una sandía cortada por la mitad o en cuartos? En este caso, explica la OCU, es mucho más fácil dar con una pieza de calidad: el truco está en escoger aquellas porciones que tengan pepitas oscuras (las blancas conllevan escaso grado de maduración) y que no muestren una textura harinosa.

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