Boho Club, elegido mejor hotel de lujo en España en la categoría de hotel boutique, renueva el espíritu del estilo de vida marbellí, con un restaurante gastronómico a cargo de Diego del Río que ejerce de 'perfecto anfitrión' de la mañana a la noche.
Boho Club rezuma una hospitalidad sanadora desde el momento en que se cruza la puerta. Es un híbrido entre resort de lujo y hotel boutique ubicado entre la Milla de Oro de Marbella y Puerto Banús, a un paso del mar y con la silueta de la Sierra Blanca a sus espaldas.
En 2021 fue elegido mejor hotel de lujo de España en la categoría de hotel boutique en los Spain Luxury Hotel Awards. Pero no parece un hotel. En realidad, parece una de esas casas grandes y sofisticadas pensada para invitar, en la que un lujo envolvente y refinado brinda un rincón especial para cada sobremesa compartida con amigos, para cada momento, también para disfrutar en soledad del máximo relax.
Tiene 21 habitaciones y 9 suites bungalows con un cuidado interiorismo diseminadas por un exuberante jardín mediterráneo, dos piscinas exteriores –una de ellas de agua caliente que se utiliza la mayor parte del año– y un gimnasio al aire libre. En su conjunto, parece una villa andaluza blanca y primorosamente cuidada, en un espacio en el que reina el diseño, el paisajismo, el arte –con esculturas de Richard Hudson por el jardín– y la esencia mediterránea.
El complejo forma parte de la cartera de la promotora inmobiliaria sueca Quartiers Properties, propietaria del resort tras la adquisición del recinto al Gobierno sueco, Era el antiguo Centro Forestal Sueco, lugar de retiro para los altos funcionarios del país. En su reforma, a cargo del arquitecto Ismael Mérida, se respetó la arquitectura horizontal, de casas blancas andaluzas diseminadas entre la naturaleza, y se construyó el edificio central, en el que se ubica el restaurante y las zonas de terraza que lo rodean por completo. Es el corazón del recinto, desde el que se bombea viva a todos sus rincones.
Cocina andaluza internacional
De su propuesta gastronómica se encarga Diego del Río. Para ver cómo se fragua una estrella Michelin –ya la tuvo en El Lago, también en Marbella–, nada mejor que no perder de vista su carta y sus creaciones, basadas en la cocina andaluza con influencias internacionales, una cocina honesta en la que se rinde culto al producto de calidad.
La cocina está abierta de forma ininterrumpida desde primera hora de la mañana hasta la medianoche. Su concepto de restaurante multifuncional está pensado para quedarse y disfrutar sin prisa de un desayuno al aire libre, un aperitivo en sus terrazas, uno de los mejores menús gastronómicos de la zona, un cóctel cuando se pone el sol –y el espacio se vuelve más sofisticado– o una cena en el jardín.
En su menú gastronómico algunos de los platos icónicos de Diego del Río, como sus croquetas de carabineros con su tartar, steak tartar, ostras con mango, lemon grass y lima, o su sopa de maíz con mojo de aguacate y verduras encurtidas. No la puede retirar de la carta, vuelve siempre por aclamación popular. El precio, 85 euros el menú de diez pases, con posibilidad de maridaje a partir de una extraordinaria bodega con 100 referencias nacionales e internacionales.
Más allá del menú, en la carta hay platos memorables, como el salmonete soasado con soplete, el chivo malagueño o el pulpo de Estepona que el chef prepara en tempura.
Y al caer la tarde, sus terrazas se convierten en centro de reunión para los locales y el turismo internacional más cosmopolita. El ambiente se vuelve más sofisticado y los cócteles, los protagonistas. Y la música, porque dos DJ residentes se encargan de poner su particular banda sonora a las veladas más animadas de las noches de Marbella.
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