Como cada año en estas fechas, Madrid se echa a la calle para mostrar su versión más festiva y acogedora. Vermut, tapeo, platos castizos y las tradicionales rosquillas a ritmo de chotis.
Tapeo e invitación a vermut en Makkila
Sus locales –en Príncipe de Vergara, Serrano, Fernando VI y Almagro– estrenan carta de tapeo, todos los fines de semana de 12:00 a 14:00 horas, y el día 15 de mayo se suman a la fiesta cañí invitando al vermut, barra libre de la mejor selección. Por fin sale a la luz su vermut 'Canteo', una destilación artesanal infusionada con naranja, miel y piparras vascas. Para el tapeo, torreznos, tortilla de patata, caracoles a la madrileña y bocata de calamares.

Vermut y bocata de calamares de autor en Santerra Neotaberna
Durante todo el puente, un 'matrimonio' especial para rendir homenaje al santo madrileño: vermut y Rejos Chili Peppers, la versión del bocata de calamares de Miguel Carretero, chef ejecutivo del grupo. El Rejos Chili Peppers es uno de los bocados icónicos de la carta, elaborado con pan de brioche con rejos de calamar, salsa chipotle, hierbas frescas y lima. El precio del aperitivo, 10 euros. Imprescindible probar sus croquetas.

De menú (especial) en La Burbujería
El restaurante de Hernán González –ex chef de Viridiana–, se adentra en una nueva etapa con una carta novedosa basada en el producto de temporada y de mercado, y estrena para San Isidro un menú degustación en torno a la casquería. Lengua, callos, oreja y una ensaladilla muy especial.

Homenaje a la Feria de San Isidro en Rocacho
El asador de Padre Damián hace un guiño a la Feria de San Isidro con tres platos en los que el protagonista es el rabo de buey de El Capricho, que ofrece en exclusiva en Madrid. Gyozas y baos rellenos de rabo de buey, con guiños orientales, y un guiso de rabo de buey al estilo tradicional madrileño. Estarán en la carta solo durante el mes de mayo.

Lhardy, para comer y llevar
Su propuesta gastronómica renovada no ha perdido un ápice de su casticismo. Ahí siguen sus famosos callos y el rabo de toro con puré de patata al estilo Robuchon. En su tienda de la planta baja, elaboraciones informales e imprescindibles para una inmersión festiva madrileña: su famoso consomé servido directamente en su samovar o sus croquetas de cocido. Y sus productos gourmet: huevo hilado, bandejas de boquerones y riñoncitos, callos y consomé en formato take away.

Platos castizos a ritmo de chotis en Café Comercial
Su propuesta gastronómica, siempre castiza, donde no faltan los bocados tradicionales como la oreja a la plancha con brava y limón, el bocadillo de calamares, las rosquillas de San isidro y los barquillos, celebra la fiesta madrileña a ritmo de chotis, tanto en el interior como en el exterior del establecimiento. Para incentivar la tradición, aquellas personas que asistan vestidas con traje de chulapo serán invitadas a un vermut.

Rosquillas para el café y la merienda
Mallorca llena sus vitrinas de rosquillas de San Isidro, el dulce más típico de la capital, este año en sus tres versiones: lisas, tontas o San Clara (30 euros el kg).
Por su parte, el restaurante Media Ración (en el URSO Hotel & Spa), auténtico homenaje a la cocina tradicional española y madrileña, ha preparado de manera exclusiva en esta fecha Rosquillas de Alcalá, elaboradas por su chef Antonio del Álamo, con hojaldre, azúcar y yema de huevo.
En Galería Canalejas también celebran la fiesta por todo lo alto. Y lo hacen con música de chotis al ritmo del organillo. Allí se concentra en estas fechas la última generación de barquilleros de España. Y el sabor castizo de los icónicos caramelos de violeta. Los dulces se vendieron por primera vez hace más de cien años en una pequeña bombonería de la Plaza de Canalejas. En la Galería, El Goloso propone versiones renovadas con bombones de chocolate blanco con violeta.
