Esta semana, la noticia sobre la apertura de un novedoso negocio ha dado la vuelta a Internet. Enseguida se ha generado una gran polémica después de que muchos se llevasen a la cabeza por la idea de un empresario, que ha decidido abrir un controvertido club en Madrid.
Se trata del primer centro de masturbación masculina en grupo que existe en España y el segundo registrado hasta la fecha en toda Europa. El local, ubicado en Alcorcón, dispone de 100 metros cuadrados y un aforo máximo de 70 personas. En su interior, se oye música de jazz y hay un hecho que lo diferencia de cualquier otro lugar donde relajarte y tomar una copa después del trabajo: el sexo.
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El nombre elegido por su creador deja poco lugar a la imaginación: Pajas entre colegas, nombre que viene descrito oficialmente como 'Club de Pajas' de Madrid. El logo de su web son cuatro manos unidas entre sí formando un cuadrado. El País realizó un reportaje sobre este sitio, dándole altavoz a sus características y peculiaridades y, en menos de lo que canta un gallo, la polémica estaba servida.
Así funciona el Club de Pajas de Madrid
El mencionado diario ha hecho hincapié en describir las normas del lugar. La primera premisa es que está prohibido el sexo oral u anal entre los socios. La idea de su creador es que este no sea un sitio destinado exclusivamente al público homosexual. "La presencia de hombres heterosexuales en estos clubes es un hecho, yo mismo lo soy", ha declarado el fundador del Club de Pajas de Madrid.
"Muchos hombres que vienen a nuestros eventos están casados o con novia y son felices con sus parejas. A mi juicio lo que buscan es lo que yo llamo la hermandad fálica. Esto no es nada nuevo, es perenne y universal, al igual que la masturbación masculina", cuenta en unas palabras por las que ha sido criticado de "bifobia" al esconder y justificar el deseo homoerótico que puedan tener muchos hombres.
Una pulsera señala si otros hombres pueden tocarte
Nacho explica, eso sí, que durante la masturbación, los hombres sí pueden besarse o masturbarse entre ellos. Además, asegura que ha implementado un sistema para conocer a simple vista los intereses de los otros hombres presentes en la sala: se trata de una pulsera con un código de color que indica si aceptas que otra persona te toque o no le permites que lo haga.
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Estas sesiones del Club de Pajas de Alcorcón tienen una duración total de tres horas en las que los participantes, además de masturbarse, pueden charlar y compartir experiencias. El precio para hacerse miembro de esta sorprendente sociedad va por tarifas: desde los 20 euros por un mes hasta los 235 euros anuales.
"Por lo general, cuando algún miembro termina, no se suele ir (...)Se queda para repetir tantas veces como quiera o pueda durante las tres horas que dura cada evento. Entre orgasmo y orgasmo siempre se charla, como si fuésemos viejos amigos, sin malos rollos. Sin vergüenza", ha declarado.
El primer club de masturbación de España
Nacho es un pionero, ya que este es el primer club de masturbación masculina que se abre en España. Sin embargo, desde la década de los 90 se han registrado varias empresas de corte similar. A día de hoy, hay 25 centros como este repartidos por todo el mundo. 18 de ellos están Estados Unidos, dos en Australia, dos en Canadá, uno en Inglaterra y ahora el de Madrid, recientemente inaugurado.
"El placer al masturbarte es personal y depende de ti, pero también puede conectarte directamente con otros hombres que disfrutan masturbándose", afirma el fundador, que en su curiosa opinión, no tiene que ver con ningún tipo de infidelidad hacia sus posibles parejas. "La masturbación en grupo no tiene nada que ver con el sexo y así lo ve mi pareja, como colegas que comparten tiempo de ocio", ha rematado.
A través de su página web, Nacho ha compartido su experiencia: "Soy un tío que disfruta masturbándose con otros hombres. Me encanta ver a un hombre darse placer a sí mismo de la manera correcta y luego correrse. No hay nada más erótico que ver a un hombre acariciarse la p... y darse placer hasta el orgasmo. (...) El amor por las p... duras nos une sin actitud, sólo en un ambiente abierto, acogedor y erótico", reflexiona.