Pocas cosas más españolas hay que un jamón ibérico, un queso manchego o una tortilla de patatas. Esta elaboración que requiere de aceite, huevos, patatas y ¿cebolla? (aquí abrimos otro melón que da para otro artículo) es uno de los platos estrella de nuestra gastronomía.
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Viene bien a cualquier hora del día: sea en el almuerzo en forma de pincho; en la comida o en la cena; o en un evento especial como una fiesta de cumpleaños. El éxito de la tortilla de patatas es tal que se ha creado un fenómeno turístico en torno a ella. Son muchos quienes buscan el restaurante que mejor las hace.
Pero no nos engañemos. Para la inmensa mayoría, la mejor tortilla de patatas es la de nuestras queridas madres. Ellas saben qué toque especial hay que darle para conseguir que siempre queramos llevarnos un tupper de casa.
La cosa cambia cuando son los novatos quienes tienen que enfrentarse a su primera tortilla de patatas. Aunque no se nace sabiendo, por supuesto. Hasta lograr un resultado notable, hacen falta muchos cocinados... y errores. Si te los quieres ahorrar, coge lápiz y papel y toma nota de lo que no tienes que hacer a la hora de cocinar esta elaboración.
Restar importancia a los ingredientes
Es fácil. Si la materia prima es de primera calidad, lo que cocinemos estará mucho más rico. Los ingredientes que utilicemos importan. Así, unos huevos de corral, de gallinas criadas en libertad serán mejores que unos huevos de gallinas de jaula. Lo mismo pasa con las patatas y con la cebolla.
Calcular mal los ingredientes
Uno de los fallos más comunes es el no hacer bien los cálculos en las medidas de cada ingrediente haciendo que nuestra tortilla se quede como una masa que no se puede comer. ¿Y qué debo hacer entonces? Muy fácil, sigue la misma proporción de huevos que de patatas: 4 de patatas y 4 de huevos. Si quieres que te quede líquida por dentro, echa más huevos que patatas.
Tener una mala sartén
¿Alguna vez se te ha pegado la tortilla a la sartén? No eres el único. La mejor que se puede utilizar es aquella que sea antiadherente y cuyo tamaño se ajuste a la cantidad de ingredientes que hayamos utilizado. Además, un consejo que puedes seguir es el de destinar una sartén únicamente a hacer tortillas.
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Usar huevos fríos
Uno de los errores que más cometemos a la hora de hacer una tortilla de patatas es el de emplear los huevos fríos de la nevera. Lo ideal es sacarlos un rato antes para que, en el momento de batirlos, estén a temperatura ambiente. ¿Cuál es el motivo? Para que los huevos no estén tan líquidos y que los ingredientes se integren mejor.
Freír las patatas
Ojo con esto. Debes procurar que las patatas no se frían, ya que de ser así la tortilla no quedará tan sabrosa y la textura no será tan agradable. Lo que tienes que hacer es pocharlas, es decir, el aceite no tiene que estar tan caliente lo que requerirá más tiempo para que se hagan.
No mezclar bien los ingredientes
Cuando las patatas ya estén listas, deja que se enfríen en un bol antes de mezclarlas con los huevos. Importante procurar dejar el tiempo necesario para que las patatas y el huevo se integren bien. Así que, remueve bien y déjalo reposar. No te olvides de tener la sartén caliente para introducir la mezcla.

Taparla una vez hecha
No, por favor. Cuando has conseguido llegar hasta aquí sin apenas errar, puedes echar a perder una tortilla que estaba en su punto óptimo por taparla. Haciendo esto habrás provocado que con el calor residual se haya seguido cociendo. Así pues, déjala al aire libre.

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