El 10 de abril, los ilicitanos y los miles de visitantes que se concentran en la ciudad para la ocasión, volverán a llenar la ciudad de palmas blancas para celebrar el Domingo de Ramos, una Fiesta de Interés Turístico Internacional.
La procesión del Domingo de Ramos de Elche, siempre multitudinaria, es una de las más antiguas de España. El primer dato documental se remonta a 1371 y se conserva en el Archivo Municipal de la ciudad. La procesión, que ya había sido declarada de Interés Turístico Nacional, fue declarada de Interés Turístico Internacional en 1997.

La liturgia de la Procesión de las Palmas tiene, como todas, sus orígenes en Jerusalén, como recuerdo de la entrada triunfal de Jesús en la Ciudad Santa. Pero a partir de la Edad Media, la procesión de Elche adquirió una importancia y singularidad propias al introducir la palma blanca en la celebración.
Es un producto único en el mundo que se elabora a partir del palmeral ilicitano, el mayor de Europa, cuyas palmas se blanquean a través de una técnica ancestral transmitida de padres a hijos. Cada año se producen más de 200.000 palmas blancas que se venden en toda España y se envían a personalidades de todo el mundo, como el Papa Francisco, además de la Reina o el presidente del Gobierno.

Mercado de la Palma Blanca
Cada Domingo de Ramos la ciudad se llena de un mar de palmas blancas que inundan la ciudad, en todos los balcones –como símbolo de protección– y que porta cada uno de los miles de acompañantes del paso de Jesús Triunfante en su entrada en Jerusalén, también conocido como 'La Borriquita' o el 'Pas de la burreta'. El viernes y sábado previo a la procesión se celebra el Mercado de la Palma Blanca en sus mercados y en diferentes puntos de venta por toda la ciudad. La venta de las palmas, lisas o rizadas –algunas trenzadas en filigranas que se convierten en auténticas obras de arte– es en sí mismo un espectáculo.