Las exposiciones mundiales han dado forma al curso de la historia durante los últimos 170 años. Pero también –y, sobre todo– al futuro, porque en ellas se han presentado algunas de las innovaciones más trascendentes, como el teléfono, y más bellas, como la Torre Eiffel.

Desde la celebrada en Londres en 1851, las exposiciones universales surgieron como un gran punto de encuentro, un semillero de innovaciones e ideas materializadas en infinidad de inventos que revolucionaron las comunicaciones, el transporte, el comercio, las artes, y hasta la vida cotidiana, dejando un legado trascendente. La presentación del teléfono en la Exposición de Filadelfia en 1876 fue un hito sin precedentes. La lista es enorme: el fax, la máquina de coser, la lavadora, el motor de combustión interna, la televisión en directo, la máquina de rayos X, el automóvil eléctrico –sí, en 1900–, la televisión en directo, el Sputnik, la tecnología de reconocimiento de voz, el teléfono inalámbrico… Pude que en esta Expo Universal Dubái 2020 que se clausura hoy, el vehículo "hyperloop" de la empresa valenciana Zeleros, cuyo prototipo se ha presentado en el Pabellón de España, sea una de las innovaciones más trascendentes para el transporte del futuro. Con toda seguridad será una de ellas. Pero habrá más y de muchos tipos, porque la lista de los inventos a lo largo de los años está llena de novedades tan sorprendentes como el kétchup –de Heinz, por supuesto–, el nylon o la cremallera. Estas son algunas:
Kétchup (1876), Filadelfia, Estados Unidos
Un proveedor de alimentos con sede en Pittsburg, HJ Heinz, presentó su última creación: la "salsa de tomate". Su innovación, utilizando recipientes transparentes, en los que la salsa, de un rojo intenso, era perfectamente visible, fue muy audaz para la época. No eclipsó al teléfono, presentado también ese mismo año, pero desde entonces se ha convertido en un ingrediente universal bajo el nombre de "kétchup", para diferenciarse de la competencia.
El sujetador (1889), París, Francia
El mismo año que hizo su debut la Torre Eiffel, la costurera francesa Hermione Cadolle presentó una prenda definitiva para la indumentaria femenina, el "corselet-gorge", después de cortar los corsés tradicionales por la mitad y liberar el cuerpo de la mujer. Obtuvo una medalla de bronce por la prenda al año siguiente, en la Expo de París de 1900, y casi una década después, la patente. El taller de lencería de Cadolle sigue en activo, con la quinta generación al frente.
La cremallera (1893), Chicago, Estados Unidos
El artilugio presentado por el ingeniero mecánico e inventor Whitcomb L. Judson, el "Hookless", estaba muy lejos de las cremalleras que se comercializan y usan en la actualidad, pero sentó las bases de un sistema de cierre universal para todo tipo de prendas, aunque originariamente su destino eran los zapatos.

La noria de feria (1893), Chicago, Estados Unidos
Se exhibió por primera vez en la Exposición Universal de 1893 y causó sensación. Fue la primera Expo en obtener ganancias, lo que se atribuyó en gran medida a la popularidad de la noria, hoy convertida en icono de los parques de atracciones en todo el mundo. El éxito de la Torre Eiffel empujó a Estados Unidos a crear su propio hito. Lo materializó George Washington Gale Ferris Jr, con una noria de más de 80 metros de altura, que en ese momento era prácticamente el doble de altura que el primer rascacielos del mundo, el Home Insurance Building de Chicago, construido pocos años antes.
La Hamburguesa (1904), San Luis, Estados Unidos
Sus orígenes siguen envueltos en leyendas, y figuras diversas que se atribuyen su autoría, pero se cree que un tejano llamado Fletcher Davis fue el primero en servir un filete de carne picada entre dos panes, tal y como conocemos hoy en día a las hamburguesas, en su puesto de St. Luis con motivo de la Exposición Universal. No fue la única "comida rápida" al aire libre, también se sirvieron perritos calientes, té helado, conos de helado, algodón de azúcar y sándwiches, en lo que pudo ser la primera muestra de street food de la historia.
El naylon (1939), Nueva York, Estados Unidos
Cuando el jefe del departamento de química orgánica de Dupont, Wallace Carothers, presentó en San Francisco, en 1938, el nuevo material que había creado el hallazgo pasó desapercibido. Pero la presentación en la Exposición de Nueva York de un material tan ligero y moldeable como resistente, perfecto para la fabricación de medias, desató la locura. Las existencias volaban con mayor rapidez de la que las fábricas podían fabricarlas, y las colas delante de los grandes almacenes fueron históricas, hasta el punto de provocar disturbios. Con la evolución de la moda y de otros materiales ha disminuido su popularidad, pero sigue siendo un componente clave en la industria textil.