El 31 de marzo de 1889 se inauguró oficialmente la Torre Eiffel. Cumple 133 años más alta que nunca y sometida a un lifting que nos devolverá su mejor cara a finales de año.
La Torre Eiffel ha pegado un "estirón". Y se está poniendo guapa de cara a los Juegos Olímpicos de 2024. Desde hace unos días, la torre más famosa del mundo y el monumento más icónico de Francia es seis metros más alta tras la colocación de una nueva antena compatible con la transmisión digital de audio (DAB) en su cima, una instalación realizada desde un helicóptero en apenas diez minutos pero que mantuvo a la principal atracción turística del país cerrada durante todo el día 15 de marzo.
Ahora, con sus 330 metros está un poco más cerca del cielo. Pero no es la primera vez que "crece" desde su inauguración hace justo 133 años. Entonces medía 300 metros, pero a partir del año 2000, la colocación de diferentes antenas elevó su altura hasta los 324 metros. Precisamente, fue su función de antena gigante de radio la que salvó a la "dama de hierro" de ser desarmada. Y es que Gustave Eiffel, que la diseñó con motivo de la Exposición Universal de 1889, la concibió con una fecha de caducidad de 20 años.

Cambios de 'look'
No es el único cambio de look que va a experimentar este año: está siendo repintada de un color ocre mostaza (jaune marron) que le proporcionará un sutil brillo dorado. La nueva capa de pintura se suma a las 19 recibidas desde su construcción, y no siempre respetando su color original. Su color original era rojo Venecia, después fue ocre, luego amarilla, más tarde marrón y volvió a ser roja entre 1954 y 1961. Desde 1969 presenta el tono conocido como "marrón Torre Eiffel", que se asemeja mucho al color elegido por el propio Eiffel.
Fue la construcción más alta del mundo durante cuatro décadas, hasta la construcción del edificio Chrysler de Nueva York, en 1929, que la superaba con 319 metros. Y aunque hoy es el símbolo más universal de Francia podría haber recalado en otra ciudad. Su construcción fue ofrecida a varias por el ingeniero, incluida Barcelona, de hecho, Eiffel la proyectó pensando en la Exposición Universal de Barcelona de 1888, pero el proyecto fue rechazado por no ajustarse a la estética de la ciudad.