Este jueves se cumple un mes desde que Vladimir Putin diera luz verde a su "operación militar especial" en Ucrania. Pero con lo que no contaba el mandatario ruso era la gran resistencia del ejército ucraniano. Todo apunta a que la guerra se alargará en el tiempo durante meses.
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Mientras que el paquete de sanciones impuestas por la comunidad internacional ahogan a la economía rusa, la guerra de Ucrania ha desembocado en la peor catástrofe humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial. Se estima que ya son más de 10 millones de personas que han huido del horror de los bombardeos.
La mayoría de refugiados han optado por huir a Polonia, cuya población se ha volcado en acogerles. Por desgracia, la ciudad de Przemysl se ha convertido en el epicentro de las evacuaciones. Hasta allí llegan trenes repletos de mujeres, niños y ancianos que escapan de las bombas con lo que buenamente han cogido de sus casas.
Przemsyl cuenta con poco más de 60.000 habitantes
Przemsyl está situada al este de Polonia, en la región de Podkarpacie, al pie de los Cárpatos. Apenas le separan unos pocos kilómetros de la frontera con Ucrania (hay 100 respecto a Leópolis). Esta bella ciudad es la segunda más antigua de Polonia después de Cracovia y cuenta con más de 60.000 habitantes (2020).
Por su situación geográfica, Przemsyl acoge monumentos militares como la fortaleza Przemysla, levantada a mitad de siglo XIX, y la zona fortificada de Molotov. Conserva, además, restos románicos: el Castillo Kzimierzowski, el Palacio Lubomirskich. También hay iglesias católicas y ortodoxas, y sinagogas.
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Tal es el encanto de Przemysl que algunos artistas la han plasmado en lienzos. Es el caso de Tytus Brzozowski, un arquitecto y acuarelista. El oso es el símbolo de la ciudad. Se puede ver tanto en el escudo de Przemysl, como en la fuente y en la torre del Museo de las Campanas y Pipas.
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