España amaneció naranja este martes. Una nube de polvo y arena proveniente del Sáhara gracias a la borrasca Celia ha teñido las calles dejando una estampa que sorprende y aterra a partes iguales. Las partículas suspendidas en el aire pueden afectar a nuestra salud y los expertos han trasladado algunas recomendaciones para salvaguardarnos de la nube en los próximos días.
Picor en los ojos, molestias en la garganta, tos, palpitaciones, ansiedad, cansancio... Son algunos de los efectos de la calima africana, que afecta especialmente a personas con problemas respiratorios graves o crónicos, como EPOC o asma. Por ello, los médicos recomiendan utilizar la mascarilla en espacios exteriores y evitar realizar ejercicio al aire libre estos días. Además, es importante mantener una buena higiene de manos y no frotarse los ojos ni la nariz en caso de picor, sino lavar con abundante agua para evitar extender más las partículas de polvo.

Además, es conveniente mantener bien cerradas las ventanas en casa y tener una buena hidratación, así como evitar utilizar el coche o hacerlo a velocidad controlada pues, a parte de que el polvo dificulta la fijación de los neumáticos a la calzada y reduce la visibilidad, la calima crea una especie de 'tapa' en la atmósfera que concentra la contaminación. Por ello, alejarse de las zonas con demasiado tráfico también es una buena idea estos días.

Según la Agencia Estatal de Meteorología, este martes se alcanzarán las peores condiciones pero la calima durará hasta el jueves, y el fenómeno puede tener consecuencias en nuestra salud hasta cinco días más tarde. Un estudio, llevado a cabo por la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) ha analizado los procesos de calima en las Canarias, donde el fenómeno es bastante habitual, y ha constatado que existe un aumento de ingresos hospitalarios por problemas respiratorios en los días posteriores a su llegada, concretamente un 22,6% más.
La calima se produce por la combinación del aire cálido y muy seco que arrastra las partículas del desierto a la atmósfera. La calima natural, que es la que tenemos ahora, es básicamente de arena y es la situación menos grave de calima, pues la calima que se produce tras un incendio o por altos niveles de contaminación son episodios más preocupantes. En cualquier caso, más vale prevenir que curar.
