Cualquier época del año es buena para permitirse un dulce capricho: comerse unas cuantas onzas de chocolate. Negro, blanco, con leche... Nos da igual, con todos ellos sentimos un 'orgasmo' en el paladar. Sin embargo, lo que no sabías es que probablemente lo guardes mal, ya que, en este tipo de alimentos, hay que prestar especial atención a la temperatura.
El tecnólogo de los alimentos Miguel Ángel Lurueña explicó en Twitter por qué el frigorífico no es el sitio idóneo para conservar el chocolate. "Si la temperatura es demasiado baja y la humedad elevada, la grasa y el azúcar pueden cristalizar sobre la superficie: adquiere aspecto blanquecino y sin brillo y textura desagradable", escribió. Este efecto es conocido como fat-bloom.
Así las cosas, el experto asegura que lo recomendable sería guardar el chocolate en un lugar fresco que lo mantuviera entre los 15ºC y los 18ºC y que nunca supere el 60% de humedad. De tener una temperatura más alta conlleva el riesgo de que acaba derritiéndose, por lo que su aspecto y sus propiedades cambiarían totalmente.
Trucos para guardar el chocolate
Aunque algunos chocolates aguantan mejor que otros, el mejor consejo es comérselo lo antes posible, ya que de no ser así corremos el riesgo de que pierda su sabor, su olor y su textura debido al paso del tiempo. En este sentido, el chocolate negro es el que mejor se conserva, aguantando hasta un año.
En cambio, con el blanco no ocurre así: a mayor cantidad de azúcar, menos aguanta. Los bombones también sufren mucho siendo los que peor aguantan el paso del tiempo.
Uno de los trucos al que podemos recurrir si nos vemos obligados a utilizar la nevera es envolver el chocolate en papel para absorber la humedad o usar bien bolsas herméticas o introducirlo en un frasco de cristal o metal.