Una de las decisiones más importantes a la hora de decorar nuestra casa es elegir los colores para pintar las paredes. Y, aunque pueda responder solo a motivos estéticos, en realidad no es así. Tal y como publica Sleep.org la elección de los tonos de nuestra habitación es primordial, puesto que juegan un papel importante en nuestro estado de ánimo y a la hora de descansar.
En este sentido, el Instituto Nacional de Salud (NIH), que es dependiente del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos, ha realizado un estudio sobre qué tonalidades ayudan a un descanso óptimo y cuáles no tanto. Son las siguientes:
Los mejores colores son el azul y el verde
Los colores más destacados para conciliar el sueño y tener un descanso óptimo son el azul y el verde. El primero "ayuda a relajarse" si se comparan con otros más intensos, además de que algunos investigadores señalan que contribuye a rebajar nuestra tensión arterial. Por su parte, el verde también resulta beneficioso para nuestro estado de ánimo. ¿Existe alguna explicación científica? Al tratarse de colores de longitud de onda corta se les atribuye efecto calmante.
Los peores colores son el rojo, morado, marrón y gris
Al contrario que el azul y el verde, los tonos más intensos dificultan el descanso. Por lo tanto, los tendríamos que evitar a toda costa si queremos dormir bien. Son el rojo, el morado, el marrón y el gris. Tal y como subraya un estudio publicado en la revista Color, estos colores "ponen al cerebro en un estado más excitado".
Con el color rojo en concreto, otro estudio subraya que las personas que duermen en una estancia con las paredes pintadas de este tono "lograban una mayor fuerza física" durante una tarea. Sin embargo, al tratarse de un color estimulante, provoca una respuesta de huida. El morado, por su parte, podría tener consecuencias negativas para el sueño y generar más pesadillas. Por último, una encuesta sentencia al marrón y al gris como "colores aburridos o deprimentes".